El candidato Sanders tensa la campaña de las primarias demócratas

victoria toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

KEVIN LAMARQUE | Reuters

El segundo en las encuestas demanda al partido por prohibirle acceder a las bases de datos de votantes

20 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Durante meses los candidatos demócratas exhibieron, al menos en público, una cortesía exquisita. Sus campañas eran el reverso de las enfangadas disputas republicanas. Pero todo cambió cuando esta semana Bernie Sanders, el segundo en las encuestas, tras Hillary Clinton, demandó el viernes a su propio partido. Y, aunque la situación se resolvió fuera de los tribunales en la mañana de ayer, los buenos modales quedaron arrinconados. El acceso de miembros del equipo de Sanders a la base de datos del de Clinton, de donde descargaron valiosa información, desencadenó las hostilidades.

La dirección del Partido Demócrata pone a disposición de los candidatos información sobre sus millones de votantes. Aunque es la misma para todos, cada equipo trabaja con ella: se corrige errores y se incorpora nuevos datos para planificar. Un fallo de seguridad posibilitó acceder a la información elaborada por el equipo de Clinton a cuatro empleados de Sanders, que se descargaron toda la información que pudieron mientras duró la brecha.

En represalia, el Comité Nacional Demócrata (CND) suspendió el acceso de Sanders a la base de datos del partido, a lo que el senador respondió con una demanda en los tribunales. En su denuncia, los representantes del aspirante estimaban la pérdida que suponía el cerrojazo: «600.000 dólares diarios por la imposibilidad de acceder a los potenciales donantes, más una cantidad incalculable por el daño a la viabilidad política de la campaña, al impedir la comunicación con los votantes». En la mañana de ayer, sin embargo, las dos partes llegaron a un acuerdo: el CND restauraba el acceso de Sanders a la base de datos y este se comprometió a colaborar en la investigación sobre lo ocurrido.

Pero las acometidas ya habían comenzado y parece que no va a ser fácil parar la batalla. En pleno rifirrafe, Sanders acusó a su partido de favorecer a Clinton. Como había venido haciendo al fijar solo tres debates y celebrarlos en sábado, cuando decae la audiencia. Ayer, justo antes de la Navidad, tuvo lugar el último. Y aunque al cierre de esta edición no había comenzado, todo indicaba que las luchas en que están envueltos Sanders y la dirección demócrata podían trasladarse a un duro e inédito enfrentamiento entre el senador y Clinton. Aunque difícilmente pueda hacer mella en los 31 puntos de ventaja que, según la última encuesta, tiene la exsecretaria de Estado sobre Sanders.