Escándalo político en Portugal por la privatización de sus líneas aéreas

begoña íñiguez LISBOA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

RAFAEL MARCHANTE | Reuters

Para la izquierda es ilegítima porque el Gobierno de Passos está en funciones

13 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Tres días después de la caída del Gobierno conservador de Passos Coelho en el Parlamento, por una moción de rechazo de toda la izquierda, Portugal se ha visto envuelto en un escándalo político mayúsculo con motivo de la firma, ayer, del contrato de privatización de la TAP, la compañía aérea lusa. El socialista, Antonio Costa, que se prepara para gobernar con el apoyo de los comunistas y el Bloco de Esquerda si el presidente Cavaco le da luz verde, había pedido a Passos que parase la venta de la compañía, pero el primer ministro en funciones ha hecho oídos sordos a la demanda del socialista y ha cumplido una de sus promesas electorales.

La polémica surgió tan pronto como el ministro de la Presidencia, Marques Guedes, anunció que el Gobierno había aprobado en Consejo de Ministros el contrato final para la privatización de la TAP al consorcio luso-brasileño Gateway «porque su situación es dramática y necesita una inyección de capital urgente». Cuestionado sobre la legitimidad de la operación, respondió que «ha sido una decisión inevitable. Los gobiernos en gestión tienen que responder a las necesidades urgentes inmediatamente». Añadió que, tras la firma del contrato, los compradores inyectarán 150 millones de euros en la aerolínea para evitar su colapso financiero.

Las críticas y las amenazas de la izquierda no tardaron en llegar. El portavoz parlamentario del Bloco, Pedro Filipe Soares, afirmó que «el Gobierno está en funciones y no tiene legitimidad para hacer la privatización». En su opinión, el presidente Cavaco tiene que impedir la operación. «Tiene que sustituir lo antes posible a este Gobierno por otro legitimado en el Parlamento», aseguró. Para el portavoz comunista, João Oliveira, «el Ejecutivo en funciones ha sobrepasado todos límites constitucionales. Por eso hemos presentado un proyecto de ley para cancelar la privatización».

Mientras, el presidente Cavaco está sujeto a todo tipo de presiones mediáticas y partidarias para tomar una rápida decisión sobre el futuro Gobierno, lo que no parece haber hecho cambiar sus planes un milímetro. Poco después de caer el Ejecutivo de Passos, sus más directos colaboradores avanzaban que «sopesará mucho su decisión y escuchará la opinión de destacadas personalidades lusas». Dicho y hecho. Ayer fue el turno de los agentes sociales y hoy de los líderes sindicales. Los responsables de la Confederación Empresarial Portuguesa (CIP) y de los Agricultores lusos (CAP) coincidieron tras reunirse con Cavaco en su preocupación por «la incertidumbre» y se mostraron a favor de un Gobierno de gestión