Portugal rememora su revolución con la vista puesta en las elecciones

Efe

INTERNACIONAL

Miles de personas se echaron a la calle ataviados con los tradicionales claveles rojos para rememorar los 41 años del golpe de Estado 

25 abr 2015 . Actualizado a las 20:01 h.

En el día en que se cumplen 41 años de la famosa Revolución de los Claveles, Portugal celebró la efeméride sin grandes fastos, a pesar del moderado optimismo que genera en el país su recuperación económica, y con la vista puesta en las elecciones.

La jornada estuvo marcada por el discurso del jefe del Estado, el conservador Aníbal Cavaco Silva, quien censuró el ambiente de crispación política y reprendió a los partidos su incapacidad para alcanzar consensos, lo que no sentó bien entre la izquierda.

En la calle, miles de personas desfilaron por algunas de las principales ciudades lusas ataviados con los tradicionales claveles rojos para rememorar el golpe de Estado que acabó, de un día para otro y sin aviso previo, con una dictadura que se prolongaba desde hacía 48 años y que dio paso a la llegada de la democracia.

Durante su último discurso como presidente en un 25 de abril -su mandato expira en 2016 y no puede presentarse a la reelección-, Cavaco Silva reclamó a los políticos que trabajen para recuperar la credibilidad de la ciudadanía y les instó a aprobar medidas firmes en materia de combate a la corrupción.

El jefe del Estado se refirió así a un asunto de máxima actualidad en Portugal, donde en sólo cuestión de meses han estallado varios escándalos de grandes proporciones, entre ellos la detención del exprimer ministro socialista José Sócrates y la caída del Grupo Espírito Santo y el BES.

«Después de cuatro décadas de democracia, los agentes políticos deben entender de una vez por todas que los portugueses no se identifican con formas de actuación que fomentan la crispación y que colocan los intereses partidarios por encima del interés nacional», advirtió.

Presidente del país desde 2006, lamentó que la discusión sobre la reforma del Estado también haya caído «en el terreno del combate ideológico» y citó entre los principales retos del país la mejora de las tasas de natalidad y el regreso de los miles de jóvenes altamente cualificados que decidieron emigrar ante la falta de oportunidades.

Cavaco Silva se congratuló de que Portugal fuese capaz de cumplir el «exigente» programa de asistencia financiera acordado con la UE y el FMI a cambio de su rescate (2011-2014) y aseguró estar convencido de que el país vive ahora «una nueva fase» más allá de las dificultades, entre las que destacó el elevado desempleo y la precariedad.

Problemas que afectan especialmente a los jóvenes, como Rita Pereira, de 23 años, quien admitió que para las nuevas generaciones el 25 de Abril «ya no es algo tan especial» como para sus padres y abuelos.

Después de comenzar un curso de formación profesional en animación sociocultural, ahora trabaja limpiando escaleras en un céntrico edificio de oficinas de Lisboa a la espera de que le salga algo mejor.

«Comencé a trabajar en noviembre para ayudar a mi madre. Ahora he empezado otro curso de técnico comercial, aunque en Portugal incluso teniendo estudios está difícil lo de conseguir empleo», asume con un cierto desánimo y sin soltar la fregona.

En clave política, las palabras del presidente luso fueron aplaudidas por socialdemócratas y democristianos, los dos partidos conservadores que gobiernan en coalición en Portugal desde 2011, pero fueron duramente contestadas por la izquierda.

«Que nadie le pida al Partido Socialista compromisos, consensos o conciliación con la política que queremos cambiar (...) Le pedimos al pueblo que nos permita cambiar la actual política y pasar la página de la austeridad», respondió el líder de la oposición, António Costa.

De hecho, la sesión en el Parlamento contó con sonadas ausencias un año más, entre ellas la del histórico dirigente socialista Mário Soares, quien ocupó los cargos tanto de primer ministro como de presidente y que volvió a declinar participar como señal de descontento con Cavaco y el Ejecutivo.

En contraste con la celebración del 25 de abril en los últimos años, marcada por la crisis económica y la intervención de la troika, la efemérides se conmemoró hoy en un contexto de precampaña electoral pese a que faltan todavía algo menos de seis meses para la cita con las urnas.

De hecho, la jornada fue elegida por el médico Candido Ferreira para hacer pública su intención de concurrir a las elecciones presidenciales, programadas para febrero de 2016, como ya han hecho Henrique Neto, Paulo Morais y António Sampaio da Novoa.