Berlusconi se lo compra todo

Íñigo Domínguez ROMA / COLPISA

INTERNACIONAL

Tras romper con Renzi, lanza ofertas para dominar el 40 % del mercado editorial

27 feb 2015 . Actualizado a las 07:10 h.

La ruptura de los pactos de apoyo al Gobierno, que por otra parte siempre han sido secretos, entre Silvio Berlusconi y Matteo Renzi ha abierto los corrales a las empresas del magnate, que en la última semana se han lanzado a embestir como en los mejores tiempos. El conflicto de intereses más famoso e impresionante del mundo occidental vuelve a ponerse de moda en Italia. El ex primer ministro, que ya es amo de la televisión privada y de la producción y distribución cinematográfica, pretende acaparar el mercado editorial y toda la red nacional de repetidores de telecomunicaciones.

La Mondadori, propiedad del líder de la derecha, ha presentado una oferta por RCS-Rizzoli, la otra gran casa editorial italiana, propiedad del grupo RCS, editor del Corriere della Sera, lleno de deudas y necesitado de liquidez. Si la operación se consuma dominaría el 40 % del mercado editorial del país, un caso único en Europa. Intelectuales y escritores, encabezados por Umberto Eco, así como una lista de 50 personalidades de varios países, como Tahar Ben Jelloun o Thomas Piketty, están en pie de guerra ante la reunión del consejo de la editorial del lunes. Fuera de este posible gran grupo solo quedarían pequeñas editoriales.

«Un coloso de esas dimensiones asumiría un preocupante poder contractual frente a los autores y tendría una influencia determinante en las librerías (...) Es una amenaza a la libertad de expresión», ha protestado Eco. Es más, ha propuesto, si la operación se culmina, suprimir el premio Strega, el más importante de la literatura italiana, que ya está controlado por las principales editoriales y de ese modo quedaría totalmente falseado.

Más apabullante es el anuncio del miércoles: EI Towers, la compañía de Berlusconi que posee la mitad de las torres de señal televisiva ha lanzado una OPA de 1.200 millones de euros sobre la que tiene la otra mitad, RAI Way, una sociedad pública de la RAI. Con 3.200 antenas de un parte y las 2.300 públicas, significaría el control de todas las telecomunicaciones. Encima por parte de quien domina la televisión privada, con tres cadenas, otro escenario inédito.

¿Socio del Estado?

El Gobierno reaccionó replicando que, por ley, deben seguir en manos públicas al menos el 51 % de las acciones de RAI Way. Pero Berlusconi podría convertirse en socio del Estado, más leña al conflicto de intereses, y en realidad toda la operación huele un poco raro. La RAI sacó a bolsa esta compañía en noviembre, porque necesitaba dinero. Lo necesitaba, como ha denunciado el Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo, porque Renzi recortó 150 millones que le hacían falta para mantener su famosa promesa de regalar a los italianos 80 euros en las nóminas. Ya en mayo Berlusconi llamó bufón a uno de sus dirigentes y amenazó con querellarse porque sugirió que había tramado con Renzi la venta de RAI Way, dentro de sus pactos secretos. Pero es exactamente lo que ha ocurrido.

El magnate, no obstante, era consciente de que la oferta, lanzada a bombo y platillo, no podía fructificar, pero lo ha hecho de todos modos y aún no se comprende bien por qué. Lo más probable es que sea para presionar al Gobierno y estar presente en el terreno de juego de un sector estratégico. En todo caso, lo interesante es que Berlusconi, arrinconado en la política, ha vuelto a hacer de empresario, aunque en él son siempre dos caras de la misma moneda. «Ahora me espero que el Milan compre el Inter», bromeó Pierluigi Bersani, uno de los líderes del Partido Demócrata, sin reírse demasiado.