Una cirugía de poco riesgo y con un buen pronóstico

C. O. REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

09 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

la cirugía a la que se ha sometido ayer la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, es una operación sencilla que tiene buen pronóstico y que en la mayor parte de los casos permite al paciente hacer vida casi normal al cabo de una semana.

José Castillo, jefe de servicio de neurología y director del área de neurociencia del CHUS, aclara que la lesión de Kirchner no afecta al cerebro, como sí ocurriría con un ictus, en cuyo caso la cirugía está desaconsejada. Los golpes en la cabeza como el que sufrió en agosto pueden provocar hematomas subdurales en el cráneo, que pueden ser agudos, y se absorben en pocos días, o crónicos, si persisten. Cuando se cronifica, el hematoma va creciendo hasta que comienza a comprimir el cerebro, lo que provoca los hormigueos y la debilidad en los brazos que alarmaron a Kirchner.

Entonces sí se practica una craneotomía, una perforación para llegar a las capas meníngeas, que se sitúan entre el cráneo y el cerebro, que permite extraer la sangre acumulada en el hematoma. Si la zona no queda completamente limpia, en ocasiones se puede dejar un drenaje algunos días.

Es una operación sencilla, añade Castillo. El paciente puede levantarse al día siguiente y permanece hospitalizado unos cinco días para pasar a hacer vida «casi normal», a no ser que esta sea muy intensa.