Estados Unidos, con el apoyo de Francia y el Reino Unido, ya tiene identificados una lista al menos cincuenta objetivos a atacar en la ofensiva relámpago. Entre ellos no están arsenales químicos, por miedo a desatar una crisis humana, pero sí centros de mando e instalaciones del Ejército sirio, según los datos recogidos por The New York Times de fuentes oficiales. De acuerdo con esas fuentes, algunos de los objetivos serán sistemas de «doble uso», como artillería capaz de disparar armamento químico, lo que degradaría en cierta medida la fuerza convencional del régimen pero acabaría con el potencial total que tiene el Ejército sirio.
Contra cada uno de estos objetivos se dispararían dos o tres misiles, por lo que supone una campaña aérea mucho más limitada que las que efectuó Estados Unidos en Kosovo o Libia, según el diario.
El ataque, que durará solo unos dos o tres días, se ejecutará con bombardeos de misiles guiados del tipo Tomahawk lanzados desde destructores y submarinos situados en el este del mar Mediterráneo y vendrá en dos oleadas. A la primera oleada seguiría una evaluación de los daños por parte de aviones espía y satélites, antes de lanzar una segunda tanda de bombardeos, , según apuntan fuentes del Gobierno la cadena CNN.
Otros objetivos que se están valorando son las bases aéreas, donde operan helicópteros vendidos por Rusia al régimen, y unidades comandadas por la familia Al Asad.