Hitler intervino personalmente para salvar a un judío

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La hipótesis se basa en un sorprendente documento encontrado por la historiadora Susanne Mauss

04 jul 2012 . Actualizado a las 23:39 h.

El dictador Adolf Hitler intervino personalmente para defender a un jurista judío del aparato de exterminio nazi, según un informe publicado hoy en Alemania. El diario judío Jewish Voice from Germany asegura que Ernst Hess, juez de primera instancia de la ciudad de Düsseldorf, fue inmune al nazismo hasta 1941 gracias a la intevención del dictador.

Hess (1890-1983) había sido jefe de compañía de Hitler durante la Primera Guerra Mundial. Sobrevivió al horror nazi cumpliendo trabajos forzados en un campo de concentración de Baviera. El informe se basa en un sorprendente documento encontrado por la historiadora Susanne Mauss el año pasado en los archivos regionales del «Land» de Renania del Norte-Westfalia, en el oeste de Alemania.

Se trata de una carta de agosto de 1940 en la que Heinrich Himmler, comandante en jefe de las temibles SS, ordena a las autoridades que Hess «no sea perturbado en ningún sentido, por deseo expreso del 'Führer'».

«Hess tuvo la suerte de ser personalmente 'perdonado' por el genocida Hitler, cuyos funcionarios cumplieron sus órdenes con la misma eficacia que ejecutaban sus decisiones de matar en masa», comenta Mauss en el diario. Hasta ahora se conocía un único caso de un judío «protegido» por orden del propio Hitler. Eduard Bloch, médico de la madre del dictador, gozó de inmunidad por orden directa del «Führer» hasta su emigración en 1940.

La historia de Hess comienza con su actuación en la Primera Guerra, donde fue herido en dos ocasiones. Tras el fin del conflicto, recibió la Cruz de Hierro y en 1934, con los nazis ya en el poder, fue condecorado incluso con la Cruz de Honor de la Gran Guerra. Con la «arianización» de la sociedad alemana implementada por el régimen nazi tras su llegada al poder en 1933, Hess fue despojado del cargo de juez y se trasladó con su familia a Bozen, en el Tirol Sur.

Ya convertido al protestantismo, contactó desde allí a Hitler a través de otro excombatiente conocido por ambos para pedirle que el régimen dejara de considerarlo judío. Hitler rechazó el pedido, pero ordenó a Himmler la protección de su antiguo superior e hizo que recibiera un nuevo pasaporte en el que no figuraba su segundo nombre, Israel, que lo delataba como judío.

Sin embargo, tras la llamada «italianización» del Tirol Sur acordada entre Hitler y Mussolini, la familia Hess regresó en 1939 a Alemania y se instaló en el pueblo bávaro de Unterwössen. Dos años más tarde, Hess recibió la noticia de que ya no contaba con la protección del dictador y fue trasladado a un campo de concentración cercano a Múnich, donde sobrevivió cumpliendo trabajos forzados.

Según la historiadora Mauss, el jurista se salvó de la deportación y el asesinato gracias a su matrimonio mixto con su mujer Margarethe, que no era judía. También la hija de ambos, Ursula, fue forzada a trabajar en una compañía eléctrica y hoy sigue viviendo en Alemania con 86 años.

Sin embargo, tanto la madre como la hermana de Hess fueron deportadas. La madre logró huir a Suiza en las últimas semanas de la guerra, pero la hermana fue ejecutada en el campo de concentración de Auschwitz.