Aislado en una celda de castigo un opositor cubano trasladado de prisión

Mercedes Lodeiro REDACCIÓN/LA VOZ.

INTERNACIONAL

Diosdado González es dado por desaparecido por su esposa, ya que no se le permitió ni hablar con él

04 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Uno de los seis presos políticos cubanos que el martes fueron trasladados de cárcel tras la mediación de la Iglesia católica ante Raúl Castro ha sido castigado en una celda de aislamiento, pese a que tanto el régimen castrista como la propia Iglesia habían informado de que esos traslados tenían por objetivo acercar a los reos a las provincias donde viven sus familiares y no empeorar las condiciones en las que están.

Se trata de Diosdado González, que estaba en la cárcel de Kilo 5, en Pinar del Río, y fue llevado a la de Agüica, en Matanzas. Su mujer, la Dama de Blanco Alejandrina García de la Riva, aseguró ayer a La Voz que da «por desaparecido» a su marido, y que desde la Seguridad del Estado le dijeron que «para tenerlo más cerca tenía que asumir esta situación».

Relata que sobre las cinco y media del martes, la llamó el cardenal Jaime Ortega para informarla de que su marido estaba siendo trasladado a la prisión de Agüica, en Matanzas.

Se trata de una cárcel cuyo régimen es tan severo que en la isla hay un refrán que dice que quien no pasó por Agüica no estuvo preso.

El miércoles, prosigue Alejandrina García, la llamaron de la prisión y la citaron a la una para una entrevista con el jefe de la unidad y dos oficiales. Acudió con su hijo, de 27 años, y no fueron recibidos hasta las tres menos cuarto. Fue entonces cuando se le presentó el jefe de la unidad, Emilio Cruz, y le dijo que «su esposo está en una celda de aislamiento y ustedes tienen que intervenir para que se ponga el uniforme y se afeite». Nosotros, prosigue la dama de blanco, le dijimos que no podía ser, porque desde el 2003 ha tenido esa posición de no ponerse el uniforme de preso común y mantener el bigote para diferenciarse de ellos. El oficial les comunicó entonces que iba a retroceder el régimen de visitas para pasar a ser cada tres meses.

Alejandrina García asegura que, además de no dejarle ver a su esposo, «tampoco me permitieron la llamada telefónica que le corresponde, por eso lo damos por desaparecido. No sé en qué situación está, si ha sido golpeado o está en huelga de hambre».