El conservador David Cameron, nuevo primer ministro británico

Imanol Allende LONDRES/LA VOZ.

INTERNACIONAL

El pacto de gobierno alcanzado prevé la reforma del sistema electoral, como exigían los Lim Dem

12 may 2010 . Actualizado a las 09:36 h.

Trece años de Gobierno laborista y cinco días de drama político llegaron a su conclusión con el anuncio de un acuerdo de Gobierno de coalición entre el Partido Conservador y el Liberal Demócrata. Gordon Brown abandonó el 10 de Downing Street tras presentar su dimisión a la reina Isabel II en Buckingham Palace, dejando su puesto de primer ministro de Reino Unido al líder tory , David Cameron, el más joven, 43 años, en casi dos siglos. Anoche fue felicitado por Barack Obama.

Brown no esperó a que conservadores y liberaldemócratas anunciaran un acuerdo de Gobierno. A las 19.15, hora local, Brown compareció ante el 10 de Downing Street con su esposa Sarah para anunciar con voz temblorosa su dimisión tras casi tres años como premier . También dimitió de manera inmediata, y no en otoño como había dicho, como líder laborista. Harriet Harman queda de líder en funciones. Brown pidió al líder de la oposición, Cameron, que formara Gobierno y le deseó buena suerte en las importantes decisiones a las que tendrá que hacer frente. También dijo que había sido un privilegio servir al país. Tras ello, el matrimonio posó ante los fotógrafos con sus dos hijos, y se dirigieron a Buckingham Palace en un Jaguar azul para presentar la dimisión a la reina Isabel II. Se supo que Brown consultó su decisión con sus asesores más próximos, y su mujer, y que llamó por teléfono a su ex jefe Tony Blair.

Gobierno de coalición

Al poco tiempo la reina llamó a Cameron para que asistiera a Buckingham Palace con la petición de que formara Gobierno. Tras departir durante veinte minutos, Cameron se dirigió al 10 de Downing Street.

El pacto alcanzado por tories y los liberaldemócratas contempla la formación de un Gobierno de coalición y la reforma del sistema electoral previo voto en el Parlamento y aprobación en referendo. El nuevo sistema electoral no sería el modelo proporcional que quieren los liberaldemócratas, pero garantizará que los diputados sean elegidos con el apoyo mayoritario de los votantes de su circunscripción.

Por la mañana, se habían reunido Cameron y Clegg en un intento por retomar las negociaciones suspendidas el lunes. Clegg decidía regresar a los conservadores tras el ambiente de hostilidad que se vivió en las negociaciones con los laboristas el lunes por la tarde. Además, comenzó a filtrarse desde las oficinas centrales laboristas la sensación de que no todo el mundo estaba feliz con un acuerdo de Gobierno con los Lib Dem. En el partido existe una corriente que se opone a cualquier cambio del sistema electoral por uno de representación proporcional.

«Perdimos»

Andy Burnham, el ministro de Sanidad, fue el primer cargo del gabinete en romper filas con el partido y criticar las negociaciones con los Lib Dem. Aseguró que el Partido Laborista no había escuchado a sus votantes y que estaba intentando alcanzar un acuerdo sin posibilidades de sobrevivir. «Tenemos que respetar los resultados electorales y no podemos esconder la realidad de que los laboristas perdimos», dijo. También el ex ministro David Blunkett advirtió que «no creo que contemos con legitimidad para formar gobierno. Además, se opusieron a las negociaciones el de Justicia, Jack Straw; Defensa, Bob Aisnworth, y Tesoro, Liam Byrne. Por otro lado, existía el temor a la fragilidad del nuevo Ejecutivo, que quedaba en manos de las exigencias de las formaciones más minoritarias, como son los nacionalistas escoceses y galeses.