El Ejército chileno intenta tomar el control en la zona del seísmo

M. Weibel? / ?M. Ávila

INTERNACIONAL

El socorro sigue sin llegar y el primer toque de queda nocturno dejó un muerto y un centenar de detenidos

02 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El sur de Chile, azotado por unos de los peores seísmos de la historia, intentaba ayer recuperar su vida, pero ni los militares ni el Gobierno de Michelle Bachelet habían logrado imponer todavía el orden para evitar los saqueos y los asaltos en el país más estable social, política y económicamente de América Latina, mientras los fallecidos se elevan ya a 723 y a 19 los desaparecidos. Ante la falta de control, anoche comandos de la Infantería de Marina desplegaron tanquetas en la ciudad de Concepción. Las Fuerzas Armadas, que tienen autorización para disparar a matar, pasaron de una estrategia de resguardo de la ciudad a otra de franca militarización de la urbe. El avance de los vehículos blindados fue recibido con vítores por los transeúntes.

Coincidiendo con este despliegue, Bachelet anunciaba la movilización de 7.000 soldados a la zona devastada.

Primera noche de terror

Un muerto y un centenar de detenidos fue el balance de la primera noche bajo toque de queda en Concepción. Epicentro urbano del seísmo, los asaltos a casas y pisos continuaron durante el toque de queda nocturno, con enfrentamientos a tiros.

La ciudad vivía ayer una paranoia. Tras una noche de terror, miles de personas intentaban retomar su vida y trabajo, además de comenzar a comprar ordenadamente víveres y gasolina, formando filas kilométricas. Pero también había hordas sin control, a solo unas manzanas. Un grupo de vándalos llegó ayer hasta el supermercado Bigger para saquear lo que todavía quedaba en su interior, pero al ser bloqueados por la policía -que los dispersó con gases lacrimógenos- prendieron fuego al local.

El vandalismo se ha apoderado también del puerto de Talcahuano. Cientos de personas asaltaron los contenedores que el tsunami dejó desperdigados por la costa. Cajas de plátanos, aceite y arroz fueron saqueadas frente a un retén policial.

En muchos pueblos ni la ayuda ni las fuerzas del orden han aparecido. Desde la ciudad costera de Coronel una mujer insistía en una radio local en que no hay control policial. Esa radio es el único medio de coordinación ciudadana en una ciudad sin televisión, Internet ni diarios.

Las ciudades siguen sin agua, sin electricidad y, sobre todo, sin un plan de reconstrucción, pese a los intentos del Gobierno de socorrer a los dos millones de damnificados. Cientos de miles de víctimas esperaban ayer la llegada de ayuda. «Agua, solo pido agua», decía desesperada una joven de unos 20 años. Ayer comenzó el envío desde Santiago de raciones alimenticias que solo necesitan ser calentadas para consumir. Para más infortunio, una avioneta se estrelló cerca de Concepción con seis ocupantes que iban a prestar ayuda.

La empresa estatal del cobre reabrió la mina más grande del mundo, El Teniente, y también la de Andina. Pese a ello, el precio del metal se disparó.