El país se vuelca en celebrar hoy el bicentenario del nacimiento de Lincoln, un presidente en el que Obama basa su mensaje para revitalizar a una nación en crisis
12 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Es el presidente de moda. En las librerías se amontonan las biografías, recientes y antiguas, sobre él. Las televisiones emiten documentales sobre su vida. Se han organizado decenas de exposiciones en torno a su figura. Se le cita continuamente. Precisamente uno de los que más lo cita es el otro presidente de moda. Estados Unidos celebra hoy el bicentenario de su nacimiento, el de Abraham Lincoln, decimosexto presidente.
La coincidencia de la admiración que Obama rinde a Lincoln con la celebración del bicentenario se han unido para convertirlo en el hombre del momento. Quien quiera saber algo más sobre él solo tendrá que acudir a alguna de las decenas de exposiciones dedicadas a su figura. Muchas de ellas se inauguran hoy, otras ya llevan unos meses abiertas y algunas más se inaugurarán a lo largo del año.
La biblioteca del Congreso, por ejemplo, abre hoy la muestra Sin malicia contra nadie, cuyo título está tomado del segundo discurso inaugural de Lincoln y que enseña a los visitantes algunos de los tesoros del hombre que abolió la esclavitud. Entre los objetos exhibidos está su célebre sombrero de copa; su biblia, la misma que utilizó para jurar Barack Obama el pasado 20 de enero; borradores del llamado Discurso de emancipación con que abolió la esclavitud o los objetos que llevaba en el bolsillo cuando fue asesinado el 14 de abril de 1865.
El teatro Ford
Precisamente el lugar donde sufrió el atentado, el teatro Ford, de Washington, ha finalizado sus obras de rehabilitación justo a tiempo para poder abrir hoy.
El Museo de Historia Americana junto a la Institución Smithsonian ha organizado otra exposición, cuyo título, Abraham Lincoln. 200 años de historia, deja clara su intención. Otra más, La máscara de Lincoln, también en Washington, hace un repaso por el rostro del decimosexto presidente. Chicago, su ciudad de adopción, y Springfield, la capital de Illinois donde Lincoln comenzó su carrera, celebran los actos centrales de la conmemoración. Y sus ciudadanos han mostrado gran interés por las celebraciones, sobre todo cuando han sabido que Obama acudirá al acto central, un banquete en el hotel Crown Plaza, de Chicago, esta noche.
Allí, Obama será el encargado de cortar la tarta de cumpleaños que la pastelería más famosa de Illinois, Eli's Cheesecake, ha elaborado especialmente para la ocasión. La tarta será de manzana, que era la fruta favorita de Lincoln, y reproducirá su casa de Springfield. Otra tarta similar será repartida para todos aquellos que acudan al Museo Lincoln, que hoy tiene entrada libre.
Coincidencias
Si en este momento hay alguna pasión que pueda hacerle sombra a la lincolmanía solo podría ser la obamanía. Pero resulta que esta segunda alimenta a la primera. Las comparaciones entre ambos presidentes son continuas. Y lo cierto es que hay algunas coincidencias significativas. Los dos son abogados, los dos comenzaron su carrera política en Illinois, por nacimiento ninguno de los dos parecía destinado a alcanzar el poder más alto, los dos son magníficos oradores. Y Obama es presidente, en parte, porque Lincoln abolió la esclavitud.
El juramento de Obama fue un continuo homenaje a Lincoln. El viaje en tren desde Filadelfia hasta Washington recordó el que hizo el decimosexto presidente hace 149 años. Barack Obama juró sobre la biblia de Lincoln; el discurso inaugural del pasado 20 de enero llevaba como título Un nuevo nacimiento para la libertad, que es una cita literal del discurso de Gettysburg, el más célebre de los que Lincoln hizo en su vida. Y el almuerzo presidencial tras el juramento se compuso de sopa de marisco, faisán y tarta de manzana, los manjares preferidos por Abraham Lincoln.
Un homenaje de Obama que se anticipó al año de conmemoración continua que hoy comienza en Estados Unidos.