Bush cede a las presiones y retira el programa de espionaje telefónico
INTERNACIONAL
A partir de ahora cualquier escucha deberá tener autorización judicial En el 2006 un juez había declarado inconstitucional la medida tomada por Bush tras el 11-S
18 ene 2007 . Actualizado a las 06:00 h.El presidente George W. Bush ha cedido a las presiones y retirará el programa de escuchas telefónicas sin autorización judicial de las que han sido objeto millones de residentes en EE.?UU. desde el 11-S. A partir de ahora será necesaria la aprobación de un juez para llevar a cabo el espionaje. «El presidente ha decidido no reautorizar el Programa de Vigilancia Terrorista (TSP, en inglés) cuando expire el actual permiso», anunció el secretario de Justicia, Alberto Gonzales, en una carta dirigida al Comité Judicial del Senado. La carta de Gonzales se difundió un día antes de su comparecencia, ayer, ante dicho comité, algunos de cuyos miembros se habían opuesto al programa y que, además, ahora está dominado por los demócratas. «Cualquier vigilancia electrónica que se realice como parte del TSP se llevará a cabo bajo la aprobación del Tribunal de Vigilancia de la Inteligencia Internacional», señaló Gonzales en la carta dirigida a los senadores Patrick Leahy (demócrata) y Arlen Specter (republicano). El cambio de supervisión para el espionaje telefónico significa que cualquier tipo de espionaje interno que realice el Gobierno federal deberá contar con una aprobación judicial. Hasta ahora, el programa aplicado tras los atentados del 11-S por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) permitía efectuar ese espionaje sin orden judicial, lo que llevó a legisladores y grupos de defensa de las libertades civiles a cuestionar su legitimidad. Además, en agosto del 2006 un juez federal de Detroit (Michigan) declaró que era inconstitucional porque violaba el derecho a la privacidad, la libertad de expresión y la separación de los poderes del Estado. Sin embargo, según la Casa Blanca, la ley no exigía la aprobación judicial que, según insistía, era un obstáculo en la lucha contra los terroristas. Al defender el espionaje, Bush dijo en el 2002 que su existencia «se ajusta plenamente a mis responsabilidades y facultades constitucionales». La decisión de retirar el programa de escuchas telefónicas fue inmediatamente aplaudida por la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi. «El hecho de que el presidente ya no vuelva a autorizar la vigilancia intrusiva y unilateral de las personas en Estados Unidos es una buena noticia», dijo. Según Leahy, presidente del Comité Judicial del Senado, nunca estuvo en tela de juicio la necesidad de vigilar a presuntos terroristas, «sino hacerlo de manera legal y con los debidos resguardos para impedir abusos».