Gonzo: «Mi hija dice que cuando juega el Celta papá parece un niño pequeño»

ZONA CELESTE

Gonzo ha colaborado con el club en más de una ocasión; en la imagen, presentando la campaña de abonados en el 2011
Gonzo ha colaborado con el club en más de una ocasión; en la imagen, presentando la campaña de abonados en el 2011 XOAN CARLOS GIL

El reportero vigués de «El Intermedio» habla de cómo vive y ha vivido el celtismo desde su infancia

01 dic 2015 . Actualizado a las 16:03 h.

La historia de celtismo de Fernando González, Gonzo (Vigo, 1976) no dista mucho de la de cualquier otro aficionado. En eso incide el reportero de El Intermedio, pero su condición de periodista que ha logrado una enorme popularidad gracias a este y otros trabajos anteriores es lo que le diferencia y le permite «predicar el celtismo» allá donde va. Hace unos meses, su referencia a Nolito ante un niño refugiado sirio que mostraba su admiración hacia Cristiano Ronaldo y la sonrisa que consiguió dibujarle fueron muy comentados. Pero es solo un ejemplo de tantos.

-Siendo vigués, ¿le viene de familia el celtismo?

-Pues no precisamente, de hecho, mi padre era del Deportivo. Me viene de ser vigués, de haber vivido ahí la mayor parte de mi vida rodeado de la afición que hay y cerca de Balaídos. Me gustaba el fútbol y desde muy pequeño mamé celtismo, pero en el barrio. En casa veía deportivismo hasta que llegó un momento que dije «yo esto no lo siento y el celtismo sí». No tiene más secreto.

«En casa veía deportivismo hasta que llegó un momento que dije ''yo esto no lo siento y el celtismo sí''»

-¿Y cómo llevó su padre que no heredara su afición?

Supongo que entendía que estaba dentro de lo lógico al haber nacido en Vigo y siempre lo respetó, no me presionaba mucho. Pero si le pedía dinero para una entrada, normalmente me decía que no, que me daba para un abono del Dépor. Por otra parte era trabajador de Citroën y me conseguía entradas. Seguro que no le hacía ilusión, pero no solo no me impedía ir a Balaídos, sino que incluso alguna vez, pocas, me llevó.

El periodista, junto con aficionados celestes el día del ascenso, en 2012. Fue el conductor de la fiesta posterior que organizó la entidad celeste.
El periodista, junto con aficionados celestes el día del ascenso, en 2012. Fue el conductor de la fiesta posterior que organizó la entidad celeste. CEDIDA - TWITTER

-Hace poco se disputó el derbi. ¿Cómo eran esos partidos en casa?

-Se vivían con deportividad. Nunca me alegré mucho de que le fuese mal al Dépor entre otras cosas por mi padre, que no me gusta verle mal. Nos vacilamos mucho, eso sí, sobre todo en los años de sus títulos. Recuerdo el año que perdimos la Copa, que estuvo súper atento conmigo y no hizo ni medio chiste; de la misma forma, con el penalti de Djukic yo también entendí que le debía de doler. Pero por lo demás, con el típico cachondeo con el que lo pueden vivir un padre y un hijo.

-¿Y sus hermanos de qué lado se situaban?

-Tengo una hermana y es celtista también. Mi padre tuvo que asumir que el deportivismo en la familia González González muere con él.

«Recuerdo un Carnaval, aún en la guardería, en el que me disfracé de jugador del Celta»

- ¿Cuáles son sus primeros recuerdos de infancia relacionados con el equipo?

-Tengo un primer partido medio borroso, en el que tendría cuatro años como mucho, un Celta-Betis que habíamos ganado por varios goles, que jugaba Pichi Lucas y había marcado, y también Suárez. Lo había pasado muy bien, claro, el primer partido del equipo de tu ciudad, ibas con tu camiseta y además ganaban. Luego recuerdo un Carnaval haberme disfrazado de jugador del Celta, aún en la guardería.

-¿Quiénes fueron sus primeros ídolos célticos?

-El primero fuera Pichi Lucas y después, como era portero en el equipo de mi barrio, Maté. Solía decir que de mayor quería ser Javier Maté.

-Pero al final no le tiró el mundo del fútbol. ¿Qué tal se le daba?

-No era malo como portero, pero veía el fútbol como algo para divertirme. A veces no iba a los entrenamientos, sino solo a jugar los fines de semana. Estaba en el Independiente, uno de tantos equipos federados que hay en Vigo, y jugué de los seis a los doce años, más o menos. Pero hasta ahí.

«Mi trabajo me permite viajar y trato de predicar el celtismo allá donde voy»

Perfil de Twitter de Gonzo
Perfil de Twitter de Gonzo

 -En su perfil de Twitter se define como «periodista gallego» y «celtista». ¿Le gusta que se le identifique como aficionado del equipo?

-Cuando abrí la cuenta Twitter lo escribí así porque mi intención era la de hablar de cosas que tuvieran que ver con mi profesión y con los partidos del Celta, por eso añado que «lo demás es prescindible para el caso que nos ocupa», porque no suelo comentar nada de otros aspectos de mi vida. No es que haga gala de ser celtista ni deje de hacer, pero soy celtista y cuando se habla de fútbol saco lo mío. Intento predicar celtismo allá donde voy. Mi trabajo me permite viajar y suelen hablarte de Madrid y Barcelona, yo digo que hay que ser del Celta. Luego yo soy más celtista que aficionado al fútbol, intento ver los 38 partidos de liga, pero si tengo un plan familiar no me quedo en casa como loco a ver el partido. Me jode si perdemos, pero intento no amargarme, y si la cosa va bien lo celebro y me alegro muchísimo.

«Ahora Yazan, el niño sirio, está pendiente del Celta y me comenta sobre el equipo»

-Lo que comenta de que le hablan de Barça y Madrid y usted habla del Celta le ocurrió con el niño refugiado sirio al que le habló de Nolito en una entrevista en El Intermedio. ¿Cómo fue?

-Sí que es un ejemplo de lo que decía antes. Yo grabé varias entrevistas ese día, me vi con algunas personas más y el Celta empieza a ser más conocido como el equipo donde estaban antes Luis Enrique o Rafinha. Hice algún comentario más, pero yo grababa allí y las entrevistas se editaban aquí, así que ni me imaginaba que eso iba a salir en el reportaje. Cuando vi que lo incluían y que tenía bastante repercusión me hizo gracia que un comentario de cosecha propia sirviera para dar una imagen de un chaval que se ríe. Estuvo bien. Ahora Yazan me suele escribir en plan «ya he visto que habéis ganado». Está pendiente del Celta. Siempre voy haciendo celtistas por el mundo en la medida de lo posible.

-¿Y en Madrid qué tal le va en esa tarea?

-Más que contagiar a la gente aquí he provocado que lo odien (risas). Casi todos son del Madrid y les puteo cuando pierden, así que cuando lo hace el Celta están pendientes y aprovechan. La gente con la que hablo a diario, que pueden ser el tío que vigila el párking donde tengo el coche, el frutero, el carnicero o demás gente del barrio suelen estar pendientes y te dicen «os vi el otro día, qué bien jugáis» o si perdemos el «¿qué, hoy no dices nada?». Siempre está latente el tema.

«En el programa tengo pique con Sandra Sabatés, que es muy, muy culé»

-¿Y en El Intermedio cómo reaccionó Dani Mateo -culé confeso- tras la derrota en Balaídos?

Con Dani no tengo tanto pique, tengo más con Sandra (Sabatés) en ese tema. Normalmente ya llega y me dice «enhorabuena, no quiero ningún comentario». Pero no le hago ni caso y me paso el día machacándola viva, porque ella es muy, muy culé y está jodona con el tema del Celta.

-¿Y Wyoming?

-Es del Madrid, pero no es de los que comenten mucho sobre fútbol. Cuando hay un Madrid-Barça también vacila a Sandra, pero no se vuelve muy loco con el tema.

-¿Y usted ha desarrollado simpatía por algún equipo madrileño?

-No, no, en mi corazón no hay sitio para ningún equipo que no sea el Celta. La preocupación que tengo ahora en ese sentido es por mis hijos, que tengo dos y han nacido en Madrid, así que no les voy a negar la posibilidad de ser de algún equipo de aquí, pero que sientan al Celta también. Y creo que lo voy consiguiendo.

«Mi hijo de dos años ve fútbol y dice "Celta, Celta". Para él el fútbol, por ahora, es el Celta»

-¿En qué punto están ellos con el tema futbolístico?

 Los he llevado a campos para ver al Celta y son socios los dos. En casa se dan cuenta de cuando el equipo gana o pierde. El otro día me decía mi mujer que mi hija, que tiene cinco años, fue a junto de ella y le dijo «mamá, papa cuando juega el Celta parece un niño pequeño». Ya sabe que pasa algo distinto. Y el pequeño, de dos años, ve fútbol y dice «Celta, Celta». Para él el fútbol es el Celta, por ahora.

Gonzo mantiene estrechos vínculos con su ciudad; aquí colaborando en una campaña de la Universidade de Vigo
Gonzo mantiene estrechos vínculos con su ciudad; aquí colaborando en una campaña de la Universidade de Vigo

-¿Y usted sigue dejándose caer por Balaídos de vez en cuando?

-Hace tiempo que no voy porque no me coincide, pero estas Navidades espero estar bastante tiempo en Vigo y, como no paran, cuento con poder ir. Hace años que lo que hago es ver al equipo fuera,  allá donde juega el Celta me organizo un fin de semana para ir y aprovechar para conocer la ciudad.

-Además, forma parte de la peña celtista madrileña Morriña Celeste -puso voz a su vídeo Carta dun morriño-.

-Sí, me llamaron cuando estaban pensando en crearla, me propusieron formar parte del equipo fundacional y respondí que encantado. Pensé que nos moveríamos en ella 40 o 50 personas y al principio fue así, todavía en Segunda, pero ha ido creciendo y es maravilloso. Me he desligado un poco por mi vida familiar, pero fui al Celta-Madrid y es increíble juntarnos 200 y pico personas en un bar del centro de Madrid, casi todos de Vigo, que te encuentras a gente que no sabías ni que estaba. También se suelen organizar comidas, tienen un equipo de fútbol... Fue una gran idea y se ha convertido en un punto de encuentro de aficionados del Celta, sobre todo jóvenes, en Madrid. Es cierto que la morriña se lleva mejor así, sintiéndote arropado en la derrota y también en la victoria, porque se vive de otra forma.

-¿Se le acerca también algún deportivista?

-Sí, calla, calla, que tengo uno en el edificio, un vecino del primero que es del Deportivo, ¡pero es lo que hay! (risas). Cuando empezaba Morriña se montó una pea pequeñita con la que coincidíamos en la misma sede y había muy buen rollo, sin ningún problema.

«No le regalaría nuestra camiseta a ningún político, ¡ese escudo no se mancha!»

-¿A qué político de los que suele tratar en el programa le regalaría una camiseta del Celta?

-No creo que se la merezca ninguno, ¡ese escudo no se mancha! No se la regalaría a nadie. Alguna he regalado, pero no del ámbito de la política. Si la hubiera tenido, a Yazan, a aquel refugiado sirio.

-Como periodista, ¿qué opina de que los llamados grandes acaparen el protagonismo en la información deportiva?

-Por una parte me fastidia, pero creo que al final es bueno, porque para el tipo de periodismo que hace esos medios que solo atienden a Madrid y a Barça, casi es preferible que no hablen de los demás. Me fastidia por la parte de que para ver un buen resumen de un partido tengo que buscar vídeos de otros países, pero es más por la política de la liga que por los medios. Luego cuando pongo a Pedrerol o a los Manolos está claro que no es para enterarme de lo que pasa en el Celta ni en los deportes, sino para pasar el rato. Después del 4-1 al Barça lo que tenía es que se empezara hablar en todos lados y ya veíamos las portadas de Nolito. Eso más bien es circo.

Junto a peñistas de Porcos Celtas, haciendo gala de la cercana relación que mantiene con el celtismo
Junto a peñistas de Porcos Celtas, haciendo gala de la cercana relación que mantiene con el celtismo