Adaptarse al bote del balón, las arrancadas y la tracción, aspectos clave para que Celta, que ayer entrenó en hierba artificial, salga indemne del Narcís Sala
04 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.¿Cómo se adaptará el Celta a jugar en césped artificial y en un campo de pequeñas dimensiones? Esa es la principal incógnita para la segunda eliminatoria de la Copa del Rey que lleva al equipo vigués a Barcelona para jugar ante el Sant Andreu, un clásico del fútbol catalán que ya hizo sudar en su día al Atlético de Madrid y al Betis (1-3, la campaña pasada).
Claudio Giráldez no quiere sorpresas y antes de viajar a la capital catalana, llevó a su equipo al césped sintético de A Madroa para que los suyos cogieran sensaciones. «Me gustó la actitud, el ritmo del entrenamiento y el ritmo de la pelota fue muy bueno», comentó el entrenador tras la sesión en la antigua casa del primer equipo. «Creo que ha sido muy positivo el poder entrenar allí para contextualizar, para adaptarnos a nivel técnico, a nivel físico también, a las diferencias que hay en los apoyos en este tipo de superficies y la gente se lo ha tomado como algo bueno, positivo, y me ha gustado».
Con el ensayo general superado, ahora el reto es adaptarse a un escenario de fuego real y sabiendo que no todo los campos sintéticos son iguales, sino todo lo contrario. «Hay céspedes artificiales que la pelota bota muchísimo y te hace que tengas muchas dificultades en el control, sobre todo, más allá del golpeo; cuando el césped es como el que hemos entrenado, el balón va muy rápido, más rápido que en natural que te lo amortigua», explica el entrenador, que también habla de la diferencia en los apoyos: «Es distinto, estás acostumbrado a una tracción con un césped natural en el que tú puedes meter dentro de la superficie los tacos y aquí puedes estar más deslizándote por encima del campo, y más allá de que la superficie».
A mayores, están las reducidas dimensiones del terreno de juego, lo que hace que «todo sea mucho más vivo, que estés más cerca de jugar un partido reducido que un partido de las dimensiones de Primera División», por lo que se tienen que adaptar.
Para conseguirlo, el entrenador planifica ajustes. «Tenemos que modificar alguna cosita pequeña». Una de ellas es «finalizar muy rápido» siempre que se pueda. «Tenemos que intentar dominar el partido y estar muy atentos, porque cualquier situación pequeña, en un campo de estas dimensiones, se te puede complicar». Además, el Celta está sobre aviso en este tipo de escenarios en la Copa del Rey. Can Misses, con el Ibiza en Segunda B, como ejemplo.