










El celtismo ha brindado un espectacular recibimiento al equipo antes del partido ante el Rayo Vallecano
18 may 2025 . Actualizado a las 18:36 h.El celtismo siempre responde en las grandes ocasiones, ya sea jugándose la vida o cuando es momento de ilusionarse como hacía mucho que no tenía oportunidad. Tocaba la segunda opción y tras una temporada en la que la afición viene estando sobresaliente, el recibimiento al Celta antes del partido en el que el equipo vigués puede sacar el billete para competición continental no podía ser menos. Y no lo fue.
Una marea celeste, con el rojo de las bengalas haciendo también acto de presencia, dio la bienvenida al equipo ya a lo largo de la calle Pablo Iglesias, haciendo entrada por la grada de Gol y encontrándose una explanada de Tribuna repleta. Había quien llevaba anudada a la cintura alguna bandera de Europa en referencia al objetivo que se persigue, pero sobre todo, y tal y como pidieron las peñas, muchísimo celestes, camisetas y bufandas de las que presumían celtistas de todas las edades.
Los minutos previos a la llegada del autobús fueron una fiesta que se prolongó cuando el vehículo llegó al destino. No faltaron el ahora cántico más acorde al momento, el Fillos dunha paixón, pero tampoco el Shalalalalala, agachándose y volviendo a levantarse en medio de la locura celeste, u O Celta é a nosa vida, así como algún recuerdo a los que les son menos gratos. Por ejemplo, un Rafa Benítez al que se le cantó irónicamente aquello de «es una maratón», aparte de algún insulto ya sin humor alguno. En el otro extremo, se coreó el nombre de Claudio Giráldez.
A la llegada del autobús, las bufandas servían también para cubrir bocas y narices ante los humos de las bengalas, pero muchas otras ondeaban al viento. Numerosos aficionados, también, grababan; como lo hizo desde dentro Marcos Alonso, que quiso compartir las imágenes a través de Instagram ipso facto, dejando constancia de cómo le había impresionado lo que acababa de vivir. En el camino de Gol a Marcador, con Festicultores amenizando la celebración ininterrumpida desde las 12.00 horas, era casi imposible moverse entre el gentío. No era problema, todo es euforia para el Celta hoy, esperando un buen final, la matrícula, pero independiente en cierta medida de que se consiga o no.