Renato Tapia: «Siempre estaré agradecido al Celta, pero me duele la imagen que se dio de mí»
GRADA DE RÍO
El excéltico señala que nunca se le comunicó la decisión de no renovarle: «Me hubiera ido feliz si hubieran sido sinceros conmigo»
27 oct 2024 . Actualizado a las 09:25 h.Renato Tapia (Lima, Perú, 1995) se enfrenta al Celta por primera vez en su carrera. Lo hace, además, en la temporada inmediatamente siguiente a un final de su etapa en el club vigués que, admite, no le dejó buen sabor de boca. Todo lo contrario que sus cuatro años en Vigo en su conjunto. Por eso es especial este encuentro del próximo domingo que afrontará como local en Butarque con el Leganés.
—¿Qué le supone tener al Celta enfrente por primera vez?
—Es un sentimiento distinto, raro, pero es parte del fútbol. Tenía que pasar en algún momento si decidía quedarme en España y llegó ese momento de enfrentarme a mis excompañeros, a alguna gente con la que tengo contacto. Seguramente va a ser un momento bonito, emotivo, pero sabiendo que ahora me debo al Leganés y que tenemos que sacar un buen resultado.
—¿Qué pasó entre el momento en que Garcés dice que pretenden renovarle, en enero pasado, y la comparecencia en que hace público que esa opción está descartada?
—No sabría decirlo, no es algo que haya sucedido por mí, se le tendría que preguntar a él. Las cosas no han ocurrido como ha contado, él lo sabe. En enero, con Rafa (Benítez), yo estaba jugando, estaba teniendo protagonismo desde octubre o noviembre; (a Garcés) no lo conocía y me llamó. Conversamos y me dijo que era prioridad renovarme. Meses después, supe por una rueda de prensa que no, porque según él, tenía ofertas de otros equipos, lo cual no es cierto. Se dio a entender que quería más dinero, cuando nunca se me presentó ninguna oferta. No le guardo rencor a él, a la presidenta, ni a nadie. El mundo del fútbol se maneja así.
—¿No hubo una conversación para comunicarle la decisión?
—No. Me hubiera encantado que se siente y se me diga que las cosas son así. Me hubiera ido de lo más feliz de que fueron sinceros conmigo. Creo que no se me valoró como persona, no ya como jugador. El míster podía no tenerme en sus planes, o todo se dio para que no esté, y es fútbol. Pero no solo los compañeros y el staff, sino la gente que rodea al club y los dirigentes saben cómo soy. Siempre traté de dar cariño, enfocarme muchísimo en ayudar. Me duele que se me haya puesto esa imagen de que preferí el dinero a otra cosa, no fue así. No guardo rencor, tengo mucho cariño al club y siempre estaré agradecido.
—¿Usted nunca cambió de idea sobre querer seguir o no?
—Nunca, nunca conversé con ningún club porque esperaba al Celta, pero porque ellos me habían dicho que me iban a ofrecer algo. No significa (ofrecerme) más dinero, porque mi arraigo al club no era por dinero, era sentimental. Me hizo sentir mal. Aparte de que ya no soy un jugador de 20 años que se puede ir a otro club a tratar de seguir su carrera. Tengo unos años donde me he ganado un respeto y no se me valoró de la manera que pensaba que se me debía valorar. Sabían cómo soy yo, lo veían en el día a día; si no, no tendría que esperar nada a cambio. A veces, algunos jugadores que no debían salir mal salen mal, entre comillas. Pero me quedo con que hay mucha gente en el Celta a la que estimo muchísimo y lo saben.
—En la última jornada se despidió de la afición. ¿Sabía o intuía ya que había sido su último partido?
—Me tuvieron esperando mucho tiempo y de enero a junio, uno se da cuenta de lo que está sucediendo. Pasaron cosas previas y posteriores, comentarios cercanos a la dirigencia que me hicieron pensar que no contaban conmigo, me lo olía. Me hubiera encantado que se sienten y me digan las cosas como me las tenían que decir. No fui a la Copa América y hasta el último día de junio, preguntaba a mi agente y me decía: «No han contestado, no me han dicho». Acepto que no quisieran que siguiera por el motivo que fuera: porque no era de la cantera, porque cobraba mucho o porque creían que no lo di todo como tenía que hacer, pero como persona, no se hizo bien. Toda persona merece un respeto y nunca esperé que las cosa se dieran así.
—¿Temió que la afición del Celta se hiciera una idea equivocada?
—Sí, siento que se me pueda juzgar desde la desinformación. No creo que me hayan querido poner a la gente en contra, pero sí que se contaron las cosas distorsionadas. Si dicen que tenía ofertas de otros equipos, dan a entender que pedí más dinero al Celta, y nunca lo hice. No tengo por qué mentir a la gente, y menos ahora, que estoy en otro club. No lo hago para poner a nadie en contra de nadie, pero lo que más me interesa es lo que se piense de mí como persona, no como jugador, porque ahí cada no tendrá sus gustos, seré malo o bueno, pero siempre me porté bien y lo di todo. Y recibo mucho cariño de la gente del Celta cuando visito a mi hija en Vigo, hasta me piden que vuelva; eso me satisface y me llena.
—En el verano del 2023 sí le habían invitado a salir y usted quiso quedarse.
—Sí, no es ningún secreto. Me senté con (Luís) Campos y me comunicó que no pensaban renovarme, Benítez dijo muchas veces en rueda de prensa que estaba en la rampa de salida. Me quise quedar pensando que podía ser un buen año, que podía aportar al grupo desde la humildad y el trabajo, y creo que fue así, siempre traté de dar lo mejor. Luego, con el nuevo director deportivo, las cosas cambiaron. Hubo una reunión que no pedí, me llamaron, te dicen que te van a renovar y uno se ilusiona. No es que dijera que si seguía así, podía ser que me renovaran; fue contundente en su palabra, confié y pasó lo que pasó. Me dolió que se me ensuciara como persona, pero ya está. Los veré y los saludaré como siempre.
«Claudio tiene las ideas claras como pocos y ADN Celta»
El internacional peruano se lleva muchos buenos recuerdos y muchos amigos del Celta, club al que subraya que siempre va a guardar un gran cariño. Con el actual entrenador, Claudio Giráldez, se deshace en elogios, pero también tiene buenas palabras hacia Rafa Benítez.
—¿Qué le ha dado el Celta y que se lleva de esos cuatro años?
—Muchas amistades, mucho amor desinteresado. Me voy con grandes enseñanzas de jugadores a los que veía por la tele y con los que tuve la suerte de jugar, como Jeison Murillo, el mismo Iago Aspas, Nolito... También otros que estuvieron menos tiempo, como Seferovic, un gran delantero. Y talentos jóvenes como Gabri Veiga, Sotelo, Damián... Dejé grandes amigos, también entre utilleros y fisios. Siempre van a estar en mi corazón y seguro que yo en el suyo.
—¿Qué piensa al ver ahora a algunos de los jóvenes que decía con tanto protagonismo?
—Estoy feliz. Los he visto sufrir, porque uno, como joven, piensa en jugar y que merece más, algo que me ha pasado y que ellos sentían. Ahora, están jugando, tienen la oportunidad y la confianza para mostrarse y es maravilloso. Sotelo, Hugo Álvarez, Damián, mismo Carlos Domínguez, que también alternaba, o Alfon, que estuvo mucho tiempo en el B demostrando que merecía la oportunidad. Y vienen otros detrás. Los he visto crecer y me alegro mucho. Será emotivo verlos este fin de semana.
—¿Qué tal su experiencia con Claudio Giráldez?
—Corta, pero desde su primer año en el B, todos nos dábamos cuenta de la capacidad que tenía, cada vez que pasábamos por su cancha, nos queríamos meter a su entrenamiento. Estoy contento por él. Es joven, tiene las cosas claras como pocos entrenadores y una idea que es ADN Celta y que es lo que el equipo necesitaba. Como persona, se preocupa del bienestar del jugador también como pocos comandos técnicos.
—¿Y con Benítez?
—Es un técnico totalmente distinto a lo que el Celta necesitaba. Es cierto que hubo muchos problemas en cuanto a resultados, pero de repente, la idea de juego no se acomodaba a los jugadores y cuando eso pasa y no tienes esas herramientas que él quería, igual hay que buscar otro rumbo, tener un poco de tino y de inteligencia y jugar de otra manera. Pero es un técnico con experiencia, que cree en lo que hace, se fue jugando de la manera que él quería y eso hay que resaltarlo. No deja de ser un gran entrenador por un mal año. Me ayudó mucho.
—¿Se considera aficionado del Celta?
—Lo sigo porque me gusta y tengo muchos amigos, gente a la que quiero y a la que le va bien si al Celta le va bien. Ser hincha del Celta como son ellos es un estado de ánimo, sufren, es su vitamina para estar bien en la semana y que estén felices. Podría ser que me considere porque tengo recuerdos bonitos y, sobre todo, amigos.
—Usted también ha sufrido por el por el club: en su día comentó que había acabado en urgencias antes de la salvación contra el Barcelona.
—Sí. Hay muchas cosas que la gente no sabe. Fueron momentos duros, con acontecimientos en mi vida personal que confluyeron en ese momento. La presión era grande, porque era uno de los mayores y sentía que me tocaba un rol en esos momentos. Sucedió lo que tenía que suceder, que gracias a Dios, se pudo conseguir la permanencia. Pero fue difícil y cosas como esa hacen que me sienta de esta manera por haber salido así.
«Tenemos que ver al Celta como un rival que está en puestos a los que podemos llegar»
Renato Tapia ve al Celta como un rival directo a medias desde un Leganés donde esta muy a gusto. Por su experiencia, avisa de que los vigueses no se pueden relajar ni dar por sentado que será una temporada tranquila.
—¿Ve al Celta viviendo una temporada tranquila?
—No lo sé. El fútbol es muy caprichoso y cuando mejor te va, de repente te relajas, como nos pasó con (Carlos) Carvalhal y nos complicamos. Este deporte es así, día a día, semana a semana. Si logran seguir haciendo eso, seguramente les irá bien, pero no se puede dar nada por sentado. Ojalá les vaya bien, pero no contra nosotros.
—¿Considera al equipo vigués un rival directo?
—Es cierto que hay dos ligas distintas, donde los primeros siete apuntan a ganar y el resto, a sacar puntos entre ellos. El Celta, en los últimos años, ha tenido que codearse con equipos recién ascendidos como el Leganés, pero que sea o no de nuestra liga pasa a un segundo plano. Contra el Atlético, que no sería de nuestra liga, salimos con todo. Hay que verlos como un rival que está en puestos a los que podríamos llegar; desde ese punto de vista, sí se puede considerar rival directo.
—Es su segundo club en España. ¿En qué se parecen y en qué se diferencian ambos?
—Creo que los dos son equipos humildes y que, en cuanto a aficionados, nos siguen a todos lados. En esas cosas, se pueden comparar un poquito.
—¿Cómo llega el Leganés a esta cita con el Celta?
—Bien, hemos hecho buenos partidos en los que el resultado no ha acompañado, pero hemos hecho méritos para que las cosas vayan mejor. Se hicieron cosas para sacar un buen resultado y con eso nos tenemos que quedar, con alargar 45 minutos que fueron muy buenos y seguramente cada fin de semana nos irá mejor.
—Llevan una victoria. ¿Les pesa que se haga de rogar la segunda?
—Es complicado, sobre todo cuando has empatado mucho y perdido puntos que podías haber concretado, pero así es esto. Estamos en buena línea y seguramente agarraremos un buen ritmo.
—En lo personal, ¿cómo está viviendo esta nueva etapa?
—Muy bien. He llegado a un club muy bueno, con personas muy top, y estoy contento. Cada vez me siento mejor físicamente, porque no es excusa, pero no tener pretemporada me afectó. Ahora, me encuentro al 100 %, he estado trabajado mucho, enfocándome en lo que necesitaba y que el míster me esté dando protagonismo influye mucho.