Ya era histórico y, además, fue perfecto

M. V. F. VIGO

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

El estreno de As Celtas fue una jornada de fiesta en Balaídos redondeada con un triunfo ante 6.534 aficionados

08 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hablaba recientemente el director de fútbol del Celta, Marco Garcés, sobre los jugadores del primer equipo masculino que estaban bajado de la grada desde la que antes animaban para, ahora, defender a su club sobre el césped. Ayer pasó lo mismo con las nuevas célticas, que hasta hace poco no podían aspirar a defender ese escudo. Pero que estaban al otro lado desde hace tiempo; como Lara Martínez, la capitana, socia desde los ocho años, por poner un ejemplo. Por eso al acabar el partido se agacharon y se volvieron a levantar con la grada de animación al ritmo del mítico Shalalalalala que tantas veces habrán vivido como aficionadas y luego entonaron a pleno pulmón en el vestuario Oliveira dos cen anos como dos horas antes habían hecho los presentes en Balaídos.

Para ellas, las futbolistas de As Celtas, era un día mágico. También para sus familias, que se agolpaban en los accesos a Tribuna con las camisetas con sus nombres a la espalda poco antes de que se abrieran las puertas y tras haber recibido con honores al autobús cuando la expedición llegó al estadio. Las caras de las jugadoras, viéndose de nuevo al otro lado respecto a lo que llevan toda la vida acostumbradas, eran de emoción e incluso un punto de incredulidad.

También era un día especial para el Celta, con su presidenta, Marián Mouriño, a la cabeza. Ella ha mostrado desde los inicios un gran entusiasmo con este proyecto y un empeño en cuidarlo al máximo. Antes del partido, se hizo una foto con las futbolisas sobre el césped. Al mismo tiempo, se preparaban los abanderados, con canteranos de los equipos tanto femeninos como masculinos y portadores del Carné Celtista As Celtas, simbólico y creado solo para apoyarlas.

Sonaba Xa están aquí mientras se hacían esa foto, como sonó también al final del partido esa nueva versión del tema de Os Resentidos en la que colaboró Antón Reixa para que As Celtas tuvieran su himno desde el primer día. Tampoco faltó Oliveira dos cen anos, el del centenario, siempre especial. Y luego, desde una grada de animación lejos del lleno pero incansable durante los 90 minutos, los cánticos de siempre, pero adaptados a ellas en algún caso: «As Celtas son a hostia, imos a gañar» u «Orgullosos das nosas xogadoras».

Balaídos, con 6.534 espectadores, disfrutó al descanso de la actuación de Fillas de Cassandra, que interpretó los temas Tataravoa y Lisístrata (varre vasoira). Y en cuanto al partido, para la segunda mitad quedaba lo mejor, los goles de Camila Pescatore y Ana Toubes, con los que el estadio se vino abajo después de haber vibrado antes con muchas otras ocasiones de las suyas y haberlas alentado sin parar, como Vicky Vázquez estaba segura de que ocurriría.

Tras el pitido final, aplauso y explosión de júbilo. Sonaba de nuevo Xa están aquí, para entoncs ya aplicable no solo a As Celtas, sino también a sus primeros tres puntos. El mejor broche a un un partido que ya se sabía que iba a ser histórico sí o sí y en el que, además, todo salió perfecto.