Dela, el fruto de sumar trabajo a una calidad que venía de serie

LA VOZ VIGO

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El autor del cuarto gol del filial vigués ante el Sestao, David de la Iglesia, tiene ficha del C y eligió el Celta frente al Deportivo en el 2019

27 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El nombre de David de la Iglesia, el último jugador con ficha del Celta C Gran Peña que se está haciendo un hueco en el Fortuna, no es nuevo para quienes siguen el fútbol base gallego. En su día, el Deportivo, donde había jugado siendo alevín, y el club celeste, por el que se decantó, pugnaron por el considerado gran perla del fútbol coruñés de la generación del 2003. «Lo quise fichar para el Racing de Ferrol, pero el Dépor ya estaba detrás y lo hablé con los coordinadores del Celta, que también se habían fijado en él», revela Manel Fernández Anidos del que ahora es compañero de equipo de su hijo Manu Fernández.

David, conocido como Dela, fue el autor del cuarto gol del filial celeste en el triunfo frente al Sestao. «Tiene talento y condiciones. La cabeza le jugó malas pasadas a principio de temporada; ahora está estable y saca su potencial. Se va con el premio del golazo y el partido completo, pero lleva tiempo trabajando en la sombra», decía Claudio Giráldez el sábado. Minutos, después, a él se le preguntaba sobre esas palabras: «He hablado mucho con él. Me decía que tengo que estar más centrado, centrarme en mí, en lo que se hacer, que sea constante y regular, y ahora me ha dicho que está muy contento conmigo, que me estoy esforzando y trabajando», decía el centrocampista, que vive en su ciudad natal y se desplaza en tren a diario tras haber residido en Vigo los años anteriores.

De la Iglesia aterrizó en el Celta en el año 2019 procedente del Calasanz después de que Paco Zas se hubiera interesado en hacerse con sus servicios en el Deportivo. Llegó a haber reuniones con él, su familia y sus agentes, pero Vigo fue el destino elegido para formar parte del Juvenil B. Y en aquel equipo, dirigido por Giráldez, estaban sus hoy compañeros César Fernández, Tincho Conde, Pablo Meixús, Hugo Álvarez, Javi Rodríguez o Mario Cantero.

Dela, en un partido de División de Honor Juvenil junto a varios compañeros actuales del Celta Fortuna
Dela, en un partido de División de Honor Juvenil junto a varios compañeros actuales del Celta Fortuna

Completada la etapa juvenil, militó en el Celta C Gran Peña en su primer año sénior -la temporada pasada-, debutando así en Tercera Federación. «La calidad y el talento se le veían de siempre, de los que más. Pero en el Celta llevaban tiempo intentando hacerle mejorar sin balón, defensivamente y en los duelos», comenta Fernández. Y fue algo en lo que su preparador del curso pasado, Srdjan Bajcetic, hizo hincapié. «Le insistía mucho, porque era lo que le faltaba. A veces, le dejaba en el banquillo para que espabilara y mejorara en eso», recuerda.

A día de hoy, considera que esa insistencia ha dado sus frutos. «Poco a poco, fue mejorando esos aspectos. A partir de ahí, es como todos, necesitaba partidos para coger confianza, está teniendo su oportunidad y la está aprovechado», analiza. No pasa por alto que anotó «un golazo brutal» y recuerda que siempre ha tenido «un disparo muy bueno con las dos piernas».

Manel, cuyo hijo mantiene una gran amistad con David, confiesa que en más de una ocasión le ha dado «bastante caña». «Le digo que a él le sobra calidad, que es lo más difícil, y le faltaba trabajar lo otro, poner la actitud como está haciendo», indica. Y pone el ejemplo del partido del Real Unión de Irún. «Le dije al salir que ese día sí había trabajado y le daba un abrazo porque lo merecía», cuenta. Lo describe como un chaval tímido, educado, cariñoso y, sobre todo, «muy buen chico, un cielo».

Manel tiene claro que «tiene todas las condiciones para ser futbolista» y añade que ahora mismo está un «nivel alto», pero que tiene que «seguir apretando» para conseguirlo. Y destaca las oportunidades que Claudio Giráldez da a los canteranos: «Al entrenador no le importa que tengas ficha del B o del C a la hora de poner a los jugadores si ellos demuestran que lo merecen». David de la Iglesia es el último de una larga lista de nombres por los que ha apostado el porriñés en el tiempo que lleva dirigiendo al Celta Fortuna.

CALASANZ

Del Calasanz al Celta tras decir no a Villarreal, Alavés y Deportivo

Domingo Astray, directivo de un Calasanz en el que ha «hecho de todo» fue testigo directo del paso del jugador por el club coruñés, al que fueron sus compañeros de allí los que comenzaron a llamar Dela en el campo «para abreviar». «Cuando era cadete de primer año, ya jugaba con los de segundo, y lo mismo en juveniles. Fue determinante para el ascenso», recuerda.

Allí no les sorprendió nada que tantos equipos se interesaran por él. «Villarreal y Alavés se lo quisieron llevar a sus residencias, pero su madre no veía ese cambio a esas edades. Ir al Celta también se les hacía difícil, pero estaba más cerca», comenta. Más lo estaba un Deportivo donde había estado siendo alevín y que descartaron. «No había tenido una buena experiencia. Llegó aquí mal anímicamente y prácticamente empezó de cero».

Recuerda que le gustaba jugar de mediapunta o de mediocentro, posición en la que «hacía jugar al equipo y tenía facilidad para el gol», virtudes en las que aprecia que ha ido a más. «Era y es competitivo, capaz de distribuir y equilibrar muy bien al equipo y de hacer mejores a sus compañeros». En sus años en el Calasanz, «pasó de ser importante a ser determinante; el paso lo dio en cadete de primer año», que fue cuando el Celta llamó a su puerta. «Seguimos su evolución y allí también ha tenido sus momentos, pero está muy bien», cuenta Astray, que mantiene el contacto con él y con su madre y que lo define como una persona «de muy buen carácter, mas bien y tímido» y capaz de ganarse el cariño de todos.

CALASANZ

Por eso Domingo no puede ocultar su alegría por verle seguir dando pasos y marcando en Primera Federación. «En una ocasión, hablando con su madre, porque a esas edades a ellos no se les pueden decir esas cosas, le comentaba que tenía la esperanza de que, con sus cualidades, pudiera llegar a profesional. Dependerá de su cabeza, pero ojalá llegue». Sea así o no, en el Calasanz ya les ha hecho sentir «más que orgullosos».