El actual entrenador del Celta llegó a ese campo jugándos el puesto con un Valencia con el que luego fue campeón
23 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Montjuïc fue el punto de partida de Rafa Benítez hacia los títulos. Un partido de diciembre del año 2001, siendo técnico del Valencia, pudo marcar su futuro. El hoy entrenador del Celta llegaba cuestionado, al borde del despido, y su equipo perdía por 2-0 ante el Espanyol en el descanso. Un doblete de Rufete en la segunda mitad y un tanto de Illie le dieron la vuelta al marcador (2-3), salvaron al madrileño y, meses después, pudo levantar la copa de campeón de liga con el Valencia. Además lo hicieron con un margen de siete puntos sobre el segundo, el Deportivo. El Celta fue quinto.
Ayer, en la víspera de volver a pisar el estadio de la montaña mágica de la ciudad condal, no quiso detenerse mucho en aquel partido. «No era consciente de nada, solo de que teníamos que remontar, lo remontamos y ya está. Me decían que fue decisivo, está bien decirlo, pero no sé, estaba concentrado en el campo, que era lo que me tocaba. Hago los cambios, salen bien, ganamos y, a partir de ahí, ganamos la liga». Aquella liga fue el primer gran título de Benítez como entrenador.
Nuevos tiempos
Rafa estuvo tres temporada al frente de la entidad de Mestalla y dejó al equipo del murciélago con dos títulos de liga. En Vigo firmó por tres años y su proyecto, sin tanta exigencia, está en fase embrionaria y cuenta con el respaldo absoluto de la cúpula: «Me transmiten mucha confianza», comenta mientras muestra su convencimiento de que «el equipo va a ir creciendo, mejorando». «No podemos olvidar de dónde venimos, porque el equipo se salva en última jornada, es un hecho, es una realidad. Hemos perdido jugadores y hay nuevos y nuevo cuerpo técnico que se tiene que adaptar». Por el momento, y pese a los resultados, el Celta siempre ha competido en todos los partidos a excepción del primero en Osasuna.