El canterano del Celta se puso bajo palos ante la lesión de Marchesín y firmó un partido correcto pese a encajar tres goles en los que poco pudo hacer
05 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Iván Villar estaba bajo el foco en el Benito Villamarín ya desde el calentamiento. Con Agustín Marchesín lesionado de gravedad y con el Celta buscando un portero libre para reforzar la posición —lo confirmó en la previa el vicepresidente Ricardo Barros—, al canterano le tocaba ponerse bajo palos en Primera más de año y medio después, jugando entre medias muy poco con el Leganés en la cesión de la temporada pasada y un par de duelos de Copa este curso, ya con Carlos Carvalhal en el banquillo.
El técnico luso le mostró públicamente su total confianza en la víspera del partido, recién conocida la baja del guardameta que hasta ayer sumaba todos los minutos. Y el cangués, con sus más y sus menos, tuvo una actuación correcta que no empeoró al argentino pese a verse en la tesitura de encajar dos goles en un margen de menos de un cuarto de hora que suponían pasar de comenzar ganando a verse por detrás en el marcador y un tercero en el segundo acto, fruto de una pena máxima.
Villar entraba en contacto con el balón por primera vez al minuto y medio, atrapando con facilidad un balón tras un fallo de Unai Núñez. Tras el primer gol local, ante el que nada pudo hacer, protagonizaba una buena salida que repetía poco antes del segundo gol. Tampoco fue culpa el tanto de Canales, que llega después de un error de Joseph Aidoo en la salida de balón.
Una mano que saca para desviar un balón de Luiz Enrique que no fue capaz de atrapar y un envío que tapa a Miranda fueron el resto de su bagaje antes del paso por vestuarios. Realizó un total de tres paradas y su acierto en el pase fue del 73 % en los primeros 45 minutos. El conjunto bético tiró a puerta cinco veces en ese primer período.
En la segunda parte, el cancerbero céltico encajó un tercer gol, pero fue desde el punto de penalti. Aunque Iago Aspas se acercó a él en los instantes previos para darle algunas indicaciones, nada pudo hacer ante el disparo de Nabil Fekir que metía el miedo en el cuerpo al equipo y daba suspense a la recta final del partido. Fue precisamente ya en el descuento cuando Iván realizó una parada más para terminar el duelo con cinco.
El acierto en el pase del canterano se redujo en el cómputo global del partido al 52 %. Con todo, dejó buenas sensaciones y cumplió después de muchos meses sin haber apenas intervenido y esperando una oportunidad que tuvo que llegar en forma de lesión.
