Cuando Javi Galán dejó de ser Rooney

GRADA DE RÍO

Galán, junto a sus amigos, cuando militaba en el Badajoz y era conocido como Rooney
Galán, junto a sus amigos, cuando militaba en el Badajoz y era conocido como Rooney

Un íntimo amigo, el presidente del club del que fue juvenil, el capitán del Badajoz en el que se forjó y el técnico que lo hizo profesional dibujan la trayectoria del lateral del Celta

14 nov 2021 . Actualizado a las 11:01 h.

Si en Badajoz preguntas por Javi Galán, te responden hablando de Rooney. Así lo bautizaron cuando vivía en la barriada de San Roque y estudiaba secundaria en el Bioclimático. La comparación le halagaba. Carlos Carrasquero era entonces compañero de instituto y hoy uno de sus amigos más próximos. «Había varios Javis y a él, por su parecido, le llamamos así». En la revista del Flecha Negra, el club al que Galán llegó desde el Don Bosco para competir en los dos años de juveniles, su foto aparece con la referencia del delantero del Manchester United.

«Era bajito, fuertote, con el pelo ondulado. Jugaba de mediapunta, desbordaba y centraba con una facilidad increíble. Es el mejor jugador que yo he tenido en el club». Fale Rivero presidió el Flecha durante doce años. «Aunque no hacía muchos goles, marcaba las diferencias y el Badajoz se lo quiso llevar. Él no quería marcharse. Entre su padre y yo lo convencimos de que era lo mejor». Era el 2012 y el Badajoz partía en Preferente tras una dolorosa refundación a la que llegó ahogado por las deudas y que le obligó a cambiarse de nombre.

Ficha de Javi Galán cuando militaba en el Flecha Negra en categoría juvenil
Ficha de Javi Galán cuando militaba en el Flecha Negra en categoría juvenil

El capitán, entonces, era David Gascón, Copito, un delantero que con 116 goles es el máximo realizador de su historia. Una de las puertas del Nuevo Vivero lleva su nombre. Copito se convirtió en el protector de Galán en aquel vestuario y luego en su primer agente. «Lo tenía sentado a mi lado. Yo hacía fuerza para que a los chavales jóvenes no los echaran. Rooney era un avión, muy chupón... no soltaba la bola. Se atrapaba mucho. Estaba muy verde, pero ya veías que tenía maneras». El equipo ascendió a Tercera y Galán fue ganando protagonismo en el carril del extremo zurdo.

Cromo de Javi Galán, como Rooney, durante su segunda temporada en Badajoz
Cromo de Javi Galán, como Rooney, durante su segunda temporada en Badajoz

«Lo quisieron engañar»

Su contrato se terminaba con la temporada. Cobraba 300 euros al mes y estaba cerca de cumplir los 21 años. «Le ofrecieron renovar por dos duros y le dije que no firmara. Lo quisieron engañar». El Córdoba se interesó por él y le hizo un hueco en el filial. Allí se encontró con Luis Carrión —hoy en el Cartagena—, el técnico que lo había seguido en Badajoz y le acabaría dando la oportunidad de debutar en Segunda. «Lo primero que le dije es que se cambiara el nombre. Que si llegaba a profesional, eso de Rooney no quedaba muy allá. Él se reía. Empezó a hacerse llamar Javi Galán. Tenía desborde y muy buen uno contra uno, pero le faltaba gol. De inicio, lo puse en banda. Era tan superior que nos daba muchas soluciones ahí. Tenía muchas peleas con él porque a mí me gusta que los extremos lleguen al remate al segundo palo y él no se incorporaba».

Javi Galán, a la izquierda, junto a Luis Carrión, de rojo, en un entrenamiento del Córdoba
Javi Galán, a la izquierda, junto a Luis Carrión, de rojo, en un entrenamiento del Córdoba Álvaro Carmona

Galán debutó con el primer equipo del Córdoba, que entonces dirigía Jose Luis Oltra, en un partido de Copa en Cádiz. Fue la primera vez que jugó como lateral. A Oltra lo cesaron y Carrión tomó el relevo. «Cuando me nombraron, me lo llevé conmigo. Era un chaval humilde con ganas de comerse el mundo. No es el prototipo de futbolista que va por ahí con cochazos y ropa cara de marca». Con Carrión, el técnico que confiesa marcó su carrera, Galán puso sus condiciones en el escaparate.

Para Copito esa apuesta fue clave. «He tenido 200 compañeros como él y han llegado dos. Además de ser bueno, hay que tener la suerte de que alguien confíe en ti». El Huesca lo hizo con un contrato de élite. Allí, Galán se convirtió en el segundo mejor regateador de la Liga tras Messi y llamó la atención del Celta.

«No recortes tanto, tira alguna vez»

«El día antes de que jugara contra el Madrid, hablamos por videollamada desde el hotel», recuerda su amigo Carrasquero. «Le dije: Javi, tú tira a puerta. No recortes tanto, tira alguna vez, que igual rebota en alguien y entra. Le cargué bastante». Galán marcó un golazo, el único que ha hecho en Primera. «Al acabar el partido me llamó: ‘¿Qué?, ¿que no tiraba?'. Desde entonces le insisto siempre, pero no sirve de mucho». Precisamente de una dejada suya, llegó el postrero gol de Iago Aspas que llevó el éxtasis a Balaídos frente al Barcelona.

Galán firmó con el Celta hasta el 2026. Cumplirá 27 años el próximo 19 de noviembre, y alcanzará en Vigo su madurez futbolística. «Siempre que su progresión siga, que estoy seguro de que no va a parar, creo que puede ser un futurible de la selección. A día de hoy está entre los tres o cuatro mejores laterales zurdos de España», aventura Luis Carrión.

Los que lo conocen, no dudan de que esa oportunidad llegará. «Es un pepino y va a llegar a ser internacional», resalta Copito. En el Flecha Negra, Fale Rivero lo aguarda con expectación: «Están Jordi Alba y él. Para mí no hay otro. Tiene la edad ideal para que Luis Enrique lo llame. Sería una alegría enorme para nosotros».

«Siempre fue muy tímido, le cuesta hablar, y al llegar al Celta le pasó lo mismo»

Carlos Carrasquero, además de amigo íntimo desde la adolescencia y de haber seguido al milímetro la trayectoria de Javi Galán, es actualmente su compañero de piso. Vino a Galicia a completar su formación como entrenador —echa una mano en el Val Miñor— y ha sido testigo de excepción de su adaptación al Celta. «De primeras, a Javi le cuesta mucho hablar, dar el primer paso. Siempre ha sido un chico muy tímido, que le cuesta coger confianza para decir las cosas. En el Celta le pasó lo mismo. Llegó los primeros días y no preguntó nada».

Carlos Carrasquero y Javi Galán, a la puerta del domicilio que comparten en las proximidades de Vigo
Carlos Carrasquero y Javi Galán, a la puerta del domicilio que comparten en las proximidades de Vigo

Copito lo recuerda exactamente igual en Badajoz. «Se sentaba en el vestuario y nunca abría la boca ni opinaba de nada. Tenías que decirle tú algo para que él te contestase». Pese a su timidez, Galán ejerció este verano como pregonero de las fiestas de Montánchez, el pequeño pueblo cacereño de menos de 2.000 habitantes en el que nacieron sus padres y en el que le gusta refugiarse. Allí se encuentra con su madre —su padre falleció— su hermano mayor y su hermana melliza.

«Es muy familiar. Lo que le gusta es irse allá y estar con su gente, verse con sus amigos de toda la vida. Siempre le digo que su vida en Vigo es muy aburrida. Va a entrenarse, vuelve y se echa la siesta. Se levanta con un café, saca al perro —al que llama Odín— y de vuelta para casa. Si hay fútbol, lo ve todo. Y, si no, alguna película o serie. Casi ni conoce Vigo todavía», se ríe Carrasquero.