El cordobés apenas contó para Coudet y la llegada de Cervi comprometería más su futuro
27 may 2021 . Actualizado a las 21:09 h.Aunque en cifras más que discretas, si lo comparamos con cualquier otro mercado reciente, la apuesta económica del Celta en la temporada que termina si atendemos al desembolso realizado para su incorporación, se llamó Miguel Baeza. El club se gastó 2,5 millones de euros para adquirir el 50% de sus derechos al Real Madrid y firmarle un contrato por cinco años, hasta junio del 2025. Junto a Baeza, llegaron Renato Tapia y Álvaro Vadillo, a coste cero, en verano. En el mercado invernal se incorporaron Augusto Solari —con un acuerdo que tenía su máximo en los 500.000 euros sumando variables— y Facundo Ferreyra con la carta de libertad.
La dirección deportiva entendió entonces la contratación de Baeza como una inversión de futuro. Su primer año como celeste deja pobres registros en cuanto a su participación y a su peso en la plantilla. El cordobés disputó en la Liga que acaba de terminar un total de 530 minutos en una trayectoria que ha ido claramente a menos y en la que ha quedado postergado a la tercera fila una vez que Eduardo Coudet fue avanzando en su toma de decisiones. De los 530 minutos, Baeza había jugado ya 219 en la octava jornada, todavía con Óscar García en el banquillo. En las últimas ocho jornadas de competición no llegó a completar un medio tiempo: 43 minutos.
«Es jugador del primer equipo»
Apretado por el cupo del techo salarial, el Celta le acabó haciendo a Baeza ficha del filial y entregándole el dorsal 27. «Tienes un límite salarial para el primer equipo y otro para el B. Nosotros en el filial teníamos ese margen, pero no en el equipo de Primera. Lo hubiésemos podido cambiar porque quedaban 20 minutos cuando salió Vadillo. Al chico no le importa, sabe que es jugador del primer equipo», lo justificó Felipe Miñambres a la conclusión del mercado de octubre. Así fue. El cordobés nunca estuvo a disposición del filial y completó la campaña como efectivo de la primera plantilla.
Zurdo, e internacional sub-19, Baeza, que en marzo cumplió los 21 años, recaló en Vigo tras una temporada con el filial del Real Madrid en la que compitió durante 2.048 minutos entre la liga regular en Segunda B y la Youth League europea. Marcó, entre ambas competiciones, diez goles y ofreció seis asistencias. Con el Celta solo ha sido quien de anotar un tanto, en el 3-1 ante el Granada que sirvió como debut de Coudet en Balaídos. Tuvo 28 minutos en la eliminatoria de Copa contra el Llanera y fue titular en la de Ibiza, que supuso la eliminación de los vigueses. Coudet lo cambió en el minuto 63 tras anotar los baleares el 4-0.
Un crecimiento comprometido
«Estoy preparado para dar este gran paso», dijo Baeza sobre el salto de categoría durante su presentación como jugador del Celta. El desarrollo de la temporada dejó algunas dudas al respecto. Si se confirma la continuidad de Eduardo Coudet al frente del proyecto celeste la próxima temporada, como todo hace prever, el futuro del futbolista será toda una incógnita. El técnico no cuenta con el andaluz y el Celta podría abrirse a estudiar alguna alternativa en el mercado para que pueda ganar minutos lejos de Vigo. Otra opción es que Baeza aceptase jugar con el filial, algo no contemplado en el acuerdo y que se antoja complicado una vez que el jugador dejó la disciplina del Real Madrid Castilla, que competirá en la misma categoría que el Celta B, para crecer.
Todavía más relegado
Una de las peticiones expresas de Coudet es el extremo zurdo argentino Franco Cervi. El Celta sigue negociando con el Benfica una incorporación que complicaría todavía más, a priori, la situación de Baeza en la primera plantilla. Más competencia, y esta además específica, para el puesto. Parece difícil que el crecimiento que Miñambres ansiaba para él cuando pagó los 2,5 millones tenga ahora mismo su escenario en Vigo.
La incorporación con menos minutos en cuatro meses
Si ponemos la lupa en la segunda vuelta de la competición, Miguel Baeza es el peor parado entre todas las incorporaciones que hizo el Celta esta temporada. El cordobés disputó entre la jornada 20 y la 38 apenas 93 minutos, el equivalente a un partido, repartidos entre siete encuentros. En los otros doce ocupó plaza de suplente sin llegar a saltar al césped. Unos registros todavía más discretos si tenemos en cuenta el nutrido carrusel de bajas al que se enfrentó Coudet en la última parte de la competición, que afectaron también a la parcela ofensiva.
Tanto Nolito, que no jugó el choque contra el Valladolid, como Brais, que estuvo ausente ante el Valencia; Solari, que por lesión no estuvo disponible ante Alavés ni Sevilla; Iago Aspas, que no pudo concursar ante Eibar, Valencia ni Villarreal y Santi Mina, que fue baja ante el Cádiz, se perdieron partidos durante la segunda vuelta sin que Baeza emergiera nunca como alternativa. El exjugador del Real Madrid Castilla no fue titular en ningún partido de la segunda mitad de la competición.
Cuanto menos llamativo lo ocurrido en el encuentro de Mestalla. Con las bajas de Brais y de Iago Aspas, Coudet apostó de inicio por Solari y Ferreyra y Baeza no fue siquera uno de los elegidos para los cambios.
De hecho, el cordobés es, de las cinco incorporaciones que hizo el Celta para la temporada pasada, el que peores registros presenta desde el ecuador de la Liga. Descontado Renato Tapia, en el podio entre los más utilizados en la plantilla, a Baeza tampoco le va bien en la comparación con Augusto Solari o Facundo Ferreyra. Ni siquera con Álvaro Vadillo, cedido y luego traspasado al Espanyol, pese a no contar para Vicente Moreno y haberse pasado casi toda la temporada lesionado.
Por los 93 minutos de Baeza en Liga desde el 24 de enero, fecha en la que el Celta abrió la segunda vuelta frente al Eibar, Augusto Solari completó 478, cinco veces más. En ese mismo periodo, Facundo Ferreyra, incorporado al final del mercado invernal, libre desde el Benfica, sumó 293. Es decir, más del triple que Baeza.
Ese fin de semana del 23 y 24 de enero, el Espanyol afrontaba la jornada 22. En estos cuatro meses, Álvaro Vadillo ha estado sobre el campo con el Espanyol un total de 110 minutos, con lo que también supera el registro ofrecido por Baeza.