Buen punto para un partido nefasto

m. v. f. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

XOAN CARLOS GIL

Un Celta desconocido estuvo lejos de su mejor versión ante el Valladolid

01 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta sumó un punto en un partido que durante muchos minutos pareció de 0-0, pero en el que después de encajar, los vigueses parecieron incapaces de poder reponerse. Al final, fue un gol de cabeza de Jeison Murillo en el último suspiro el que evitó la derrota de los de Coudet en un encuentro sin ritmo, muy trabado, sin fútbol y sin apenas llegadas por parte de ninguno de los dos equipos.

Once

El equipo titular esperado con regresos de Aspas y Brais

Eduardo Coudet no sorprendió esta vez con su equipo titular. Con los regresos de Iago Aspas y Brais Méndez, pero sin Nolito, Augusto Solari se mantuvo en el once para cubrir el hueco del gaditano, de manera que nueve jugadores repetían con respecto al duelo de la pasada jornada. Tanto Brais como Solari actuaron en la izquierda en momentos del partido, pero ninguno de los dos se sintió cómodo. El portero del Celta B Patrick Sequeira fue descartado en su primera citación con el primer equipo.

Salida de balón

Ahogados en la presión del Valladolid

La salida de balón se está convirtiendo en un problema para el Celta. Lo previsible de su apuesta ha ido facilitando a los rivales la neutralización de la misma a base de presión alta, y los intentos de Coudet por buscar alternativas para sorprender no acaban de dar fruto. El Valladolid consiguió ahogar a los vigueses y desactivarlos en el inicio del juego, reduciendo sus opciones de avanzar metros y de hacer daño.

Desarrollo

Faltos de fluidez y rapidez y muy previsibles

El factor sorpresa no existió para el Celta frente al Valladolid. Los vigueses fueron muy previsibles y, como dijo Coudet, se contagiaron del ritmo de partido lento que le convenía al conjunto pucelano y que consiguió imponer en Balaídos. Como consecuencia del desacierto en la salida de balón, los célticos no encontraban fluidez ni eran capaces de mover con velocidad. No había circulación de pelota, los desmarques brillaban también por su ausencia en un equipo que se mostraba demasiado estático y que cometió infinidad de pérdidas fruto de imprecisiones a veces impropias de la categoría.

Ocasiones

Solo dos tiros a puerta en todo el partido

Parecía difícil que llegara el gol para el Celta cuando en el partido solo fue capaz de tirar a portería en dos ocasiones. Del total de once tiros de los locales, seis se marcharon fuera de puerta, tres fueron bloqueados, uno fue al larguero y dos a puerta (uno de ellos, el gol de Murillo). El palo corrió a cargo de Iago Aspas en una falta que envió a la cruceta y que fue su única ocasión en todo el partido. Poco después, llegaba el gol, pasando de lo que pudo ser el 1-0 a la desventaja.

Desenlace

Fuera del partido tras el gol y un cabezazo para sumar

El gol del Valladolid sentó muy mal a un Celta que ya no estaba firmando un buen partido, pero que vivió sus peores minutos tras verse por detrás. Como si fueran los célticos, y no los pucelanos, los que se jugaban la vida en el choque, al equipo de Coudet se le vio desbordado, sin ideas y sin aparente capacidad de reacción al gol del rival. Finalmente, cuando todo parecía perdido, llegó el tanto de Murillo en el 93.