El gol que hizo campeón al Chacho

Pablo Carballo
pablo carballo REDACCIÓN / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Cedida

El rosarino Solari se reencontrará en Vigo con el técnico que lo llevó a lo más alto

23 ene 2021 . Actualizado a las 09:51 h.

El día que Racing se proclamó campeón de la Superliga argentina, Augusto Jorge Mateo Solari (Rosario, 1992) se guardó el papel protagonista. Los de Avellaneda, dirigidos por el Chacho Coudet, se plantaron el domingo 31 de marzo del 2019 en la cancha de Tigre, en la penúltima jornada del campeonato regular, con cuatro puntos de ventaja sobre Defensa y Justicia. Solari, con el quinto gol en su cuenta particular, adelantó a la Academia. Lucas Rodríguez igualó para Tigre -que sería el rival luego de los de Coudet por el Trofeo de Campeones, como vencedor de Copa- pero hizo suficiente la renta de Racing ante el pinchazo de su rival por el campeonato (1-1) ante Unión. Coudet y Solari sumaban el decimoctavo título en la historia académica.

A Augusto Solari, el fútbol le viene de serie. Es nieto de Jorge Solari, jugador de River en la década de los 60, partícipe de la Argentina que concurrió al Mundial de Inglaterra en 1966, y fundador, junto a su hermano Eduardo -que militó en Rosario Central- del club Renato Cesarini. Dónde si no, iba a arrancar Augusto su infancia como pelotero. Jugaba entonces de enganche.

La saga futbolística de los hermanos Jorge y Eduardo ha sido bien prolija. Jorgito, hijo de Jorge y padre de Augusto, hizo carrera como técnico. Tres de los cuatro hijos de Eduardo -Santiago, Esteban y David- han sido futbolistas profesionales. Santiago, que pasó por el Real Madrid como jugador primero y como técnico después, es el más reconocible en Europa. Eduardo tiene dos hijos más: Martín, que ejerce como trabajador público y Liz, modelo y actriz que se casó con Fernando Redondo.

Hasta los 15 años, el nuevo futbolista del Celta militó en el club que fundara su abuelo. En el 2007, y tras una serie de pruebas, se incorporó a la disciplina de River para competir en sus categorías inferiores. Jugó de inicio como volante zurdo -pese a ser diestro- hasta que, en su primera temporada con el plantel profesional, el entonces técnico Juan José López lo cambió a la banda derecha. Ha sido en esa posición, como extremo o interior diestro, en la que Augusto Solari ha desarrollado luego casi toda su carrera.

Ganó la Libertadores sub-20

Solari ya sabía, cuando definió ante Tigre por el título, lo que era marcar un tanto decisivo. Un gol suyo, desde fuera del área, le dio la victoria (1-0) al combinado sub-20 de River en la final de la Copa Libertadores ante Defensor de Uruguay. Tras el ascenso de River, Solari hizo su segunda pretemporada en la élite. Matías Almeyda pidió subirlo al plantel profesional, aunque no acabó por afianzarse. Ramón Díaz le dio algo más de cancha, pero Solari acabó saliendo por dos temporadas a préstamo a Estudiantes. Allí disputó 51 partidos, marcó seis goles y ofreció nueve asistencias.

«Más potencia que velocidad»

Tras su regreso a River, en el verano del 2017, Solari cogió las maletas y se marchó a la Academia. Firmó un contrato con Racing que expiraba el próximo mes de junio. Solari ha disputado allí, hasta la fecha, 67 partidos en los que ha celebrado diez dianas y otras tantas asistencias. Ha destacado en su faceta como llegador y centrador, pero también presenta estadísticas muy aceptables en la presión defensiva. Mide 1,76 y no llama la atención por su estatura.

«No es un futbolista que destaque por su talento o creatividad con el balón. En cambio, en sus recepciones se verá a un jugador rápido en la toma de decisiones, que responde en uno o dos toques ante la presión, que cuenta con un buen giro, visión de juego y eficacia en la asociación», mantiene el analista de fútbol internacional Marteen Romá.

«Huye de las largas conducciones, no es un velocista, pero sí destaca por su potencia. Esa fortaleza la deja ver en los duelos ofensivos, en los que va muy bien al choque porque tiene una condición física robusta y un tren inferior fuerte. Aporta, además un notable trabajo sin balón», añade Romá.

Una grave lesión de rodilla

En los últimos años el peso de Solari en Avellaneda se vino a menos por las lesiones. Sufrió una gravísima en el ligamento anterior cruzado de su rodilla derecha que lo tuvo en el dique seco. Solari sellará su pasaporte italiano en Vigo para reencontrarse con Coudet, que fue quién solicitó su presencia, y competirle una plaza a Brais Méndez.