Celta de Reyes

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland LA BUJÍA

GRADA DE RÍO

02 ene 2020 . Actualizado a las 19:37 h.

Presume el presidente en funciones de la Liga, Javier Tebas, de tener «un sentido católico de la vida», como ha manifestado en varias entrevistas. Antiguo jefe de las juventudes de Fuerza Nueva, nunca ha ocultado su ideario categóricamente conservador. Pero está visto que una cosa es predicar y otra, dar trigo. Y, ante todo, está el fútbol como negocio. Lo que le ha llevado a programar un partido de Liga el 5 de enero de 2020, a las 21.00 horas. Por desgracia, será en Vigo, en el estadio de Balaídos, en el duelo que enfrentará al Celta con el Osasuna.

Así que, ante el altar supremo del balón, el señor Tebas sacrifica la fiesta de la Epifanía del Señor y lo que haga falta, con tal de encajar un partido de la Liga de las Estrellas, entre las que no se incluye la de Belén.

Con esta decisión, miles de niños vigueses se van a quedar sin cabalgata y miles de abonados del Celta se van a quedar sin fútbol, porque no se puede estar en las campanas y en la procesión. Además, la tradición de la cena de Reyes, tan querida en muchos hogares, va a tener que ser cambiada por el bocata de mortadela en Río Bajo. Y esperemos que sus majestades de Oriente lleguen a tiempo para traer sus regalos en la propia madrugada del día 6.

Por mi parte, iré a Balaídos, porque no es probable que a mí los Reyes Magos me traigan ni siquiera carbón. Y mi mejor regalo a estas alturas sería una victoria del Celtiña. Pero no deja de asombrarme que aquellos que más se rasgan las vestiduras se conviertan después en los que no dudan ni por un momento en cargarse las más entrañables tradiciones. Sepulcros blanqueados, decía el maestro.

Tebas sacrifica la Epifanía por la Liga de las Estrellas, entre las que no está la de Belén