Denis tomó este verano la decisión de volver al Celta porque sabía que era el mejor sitio para reencontrarse. En el Barcelona es complicado hacerse un hueco y cuando no lo consigues entras en una dinámica de no tener minutos suficientes para demostrar la calidad que tiene un futbolista como él.
Cuando decide salir lo hace con la necesidad de reencontrarse a sí mismo, sentirse querido, cómodo y demostrar lo que vale. Poco a poco está consiguiendo recuperar esa confianza en el campo, teniendo ese ritmo de acumular partidos y lo veo físicamente un pasito por delante gracias a esa continuidad que le había faltado.
Jugando en banda está tratando de encontrar las herramientas para hacer que sus mayores virtudes aparezcan y poder ayudar al máximo al equipo. Denis es un jugador con muy buen último pase y cada vez que se mete por dentro y juega con futbolistas como Iago o Santi es capaz de encontrar buenas situaciones para ofrecerles el gol. En esa banda ofrece esa punta de velocidad y ese desborde que es necesario en el fútbol. Es muy inteligente para adaptarse y jugar ahí hace que crezca y que el equipo lo haga con su aportación.
Todos los proyectos llevan tiempo, pero este Celta tiene un terreno ganado, porque en el deporte colectivo es fundamental esa conexión de grupo, de conocerse fuera del campo que muchos de ellos tienen. A medida que pasen los partidos y se den los resultados, lucirá más también el trabajo que está haciendo Denis. Porque yo cada domingo lo disfruto como aficionado del Celta, pero sé el sacrificio que hay detrás y me alegro sobre todo como amigo.
En todos estos años siempre mantuvimos el contacto, pero la temporada pasada nos reencontramos en Barcelona y convivimos mucho. Veíamos juntos los partidos del Celta. Siempre tuvo claro que en algún momento quería volver.
David Goldar es excompañero e íntimo amigo de Denis desde los 10 años