«Si en el 2013 nos salvamos, claro que ahora lo van a conseguir»

GRADA DE RÍO

M. MORALEJO

El canterano, que vivió aquella permanencia agónica, analiza las claves para sacar adelante la situación

13 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Jonathan Vila recuerda la 2012/2013 como una temporada de «tensión y sufrimiento» que aquel 1 de junio del que se van a cumplir seis años se transformaron en «una alegría desbordante» al sellar el equipo su continuidad en Primera. Ahora, echando la vista atrás y comparando aquella dura campaña con la actual, el excéltico y miembro de aquel plantel confía en que el desenlace sea parecido. «Claro que es posible. Si nosotros lo conseguimos en una situación mucho peor, ¿cómo no van a poder? Estoy seguro», proclama el porriñés, que actualmente en La India.

Preguntado por las claves de que en aquella ocasión se lograra la permanencia, Vila recurre a aquello de que «la fe mueve montañas», pero admite que más allá del aspecto fundamental de que nadie dejara de creer en ningún momento, hubo otros factores. «La unión y la fuerza del grupo fueron importantísimas, como el papel de la afición del Celta, que ha demostrado que siempre está ahí cuando se la necesita. Y también la suerte, claro, porque no dependíamos de nosotros mismos», rememora.

Pasados los años, el de Budiño sostiene que mantuvo en todo momento la esperanza. «Dentro del vestuario, mientras hubo posibilidades, nos agarramos a ellas y creímos en nosotros mismos, que es lo que deben hacer ahora. Sabiendo que era complicado, tienes que darlo todo, que por ti no quede, porque en el fútbol nada es imposible y podía ser que la fortuna estuviera de nuestra parte, como así fue», recalca.

No oculta que el papel de los canteranos puede ser capital en estos casos. «Como jugador de la casa te duele estar en esas situaciones e intentas cuidar al máximo cada detalle: tu preparación, las comidas, apoyar al de al lado en todo lo que puedas», describe. Es la consecuencia de haber vivido el celtismo desde niños: «Al criarnos allí nos inculcaron esa pasión desde pequeños y sacamos fuerzas de donde no había porque por nada queríamos que ese descenso se diera», comenta.

En ese sentido, recuerda en aquella época a un Aspas implicado y comprometido como el que más, pero también «con sus gracias y sus bromas, sintiendo el club y ayudando a mantener esa unión fuera del campo», algo que destaca que puede seguir haciendo mientras no tiene el alta. «Dentro del campo ya sabemos todo lo que era, es y será. Se le extraña, pero cuando falta alguien el resto deben tirar del equipo».

Coincidió con Generelo en el Oviedo

Respecto al cambio de entrenador, considera que lo importante es que prevalezca la unión, pero además cree que el cuerpo técnico que se ha fichado es una elección acertada. «Es un buen entrenador y con buenos ayudantes», introduce. Él conoce de primera mano a tres de ellos. A Generelo lo tuvo como compañero en el Oviedo (y luego como entrenador). «Ya entonces estudiaba a los rivales, nos decía qué hace y lo que iba a pasar incluso más que el entrenador y era lo que pasaba. Se veía que tenía madera», subraya.

También compartió vestuario con Bermejo y Oubiña. «Es un buen momento para que aporten su sabiduría, su experiencia y su conocimiento de la plantilla. Le van a venir muy bien a Escribá y al equipo». Recuerda que el nuevo cuerpo técnico «acaba de llegar», pero reitera que está «segurísimo de que lo van a sacar adelante».