El Celta cambia el método pero persiste en la deriva

Xosé R. Castro VIGO

GRADA DE RÍO

Firma un pésimo partido en el debut de Cardoso en Anoeta y cae por 2-1

27 nov 2018 . Actualizado a las 21:37 h.

La era Cardoso comienza con derrota y con una pésima imagen que los últimos diez minutos no pueden maquillar. La Real Sociedad fue superior durante casi todo el encuentro a un Celta empecinado con el juego corto en un césped en pésimo estado y ante un rival que disfrutó con la presión alta. Oyarzabal y Zurutuza plasmaron en el marcador la superioridad local y el tanto de Maxi Gómez, en la recta final, le dio un soplo de esperanza a un equipo vigués que volvió a ejercer de buen samaritano entregando en bandeja el primer triunfo de los donostiarras en casa.

En el fútbol, como en la vida, hay cosas que no cambian: las facilidades defensivas. Y menos, si la receta mezcla agua y aceite. Porque si algún rasgo de Cardoso quedó grabado en su debut fue sacar el balón jugado en todo momento. Ni un pelotazo dio el Celta, y aunque superó con pericia y suerte varias situaciones de riesgo, acabó encajando en un error tan infantil como grosero en donde se vieron involucrados dos de las novedades: David Costas no sacó el balón, Jozabed lo perdió y al tercer rechace Oyarzabal marcó. Antes, Sergio Álvarez y Araujo habían dilatado el trance con sendos rechaces.

El gol puede considerarse la consecuencia lógica del empuje de una Real Sociedad que presionó muy alto tras constatar que el Celta no rifaría ni un solo balón (hasta el punto de que Sergio fue el tercer jugador céltico que más pases dio el primer acto). Una apuesta tan plausible como de riesgo que apenas le reportó réditos en ataque. Porque al final se cumplió la teoría y Iago Aspas fue el delantero de referencia y Maxi Gómez esperó por primera vez (estando al 100 %) turno en el banquillo. Aunque rodeado de medias puntas (Hjulsager fue la gran novedad) el moañés estuvo muy aislado y apenas entró en juego, y cuando lo hizo, con todo a favor, resbaló antes de encarar a Moyá. El campo de minas de Anoeta le jugó una mala pasada.

Esa jugada fue lo único en ataque de un equipo que sufrió con las continuas visitas de Oyarzabal al carril central y que fue indultado por Januzaj nada más comenzar con un tiro al palo.

La segunda mitad fue un esperpento para los vigueses, que parecía dispuesto a cambiar el discurso con la entrada de Maxi Gómez (con Iago de media punta y Brais en la derecha para no alterar el 4-2-3-1 que el primer día de Cardoso parecía dogma de fe). Pero la ofensiva se vino abajo al encajar a las primeras de cambio con una de las jugadas que más daño le siguen haciendo al Celta: un centro lateral desde la derecha con cabezazo de Zurutuza entrando desde atrás sin que ningún zaguero le saliese al palo. Con tanta fuerza salió el balón, que torció las manos de Sergio y se alojó en la red.

Con 2-0 en contra el Celta se convirtió en un equipo largo, en donde cada uno hacía la presión por su cuenta, y a la deriva en lo colectivo. A merced de los donostiarras, que perdonaron la goleada. Zurutuza disparó al palo podo después de marcar y Zaldúa diseñó una jugada de quilates.

Un ataque de orgullo permitió al Celta reivindicarse cuando nadie le espera. Brais comenzó a viajar al centro como verso libre y mandó dos avisos y a falta de nueve minutos un centro del mosense posibilitó que Maxi Gómez acortase distancias con un cabezazo franco y sin oposición.

Pero no hubo más. Ni una ocasión clara en los diez minutos restantes para soñar con rescatar un punto. Lejos de tener vértigo por no haber ganado todavía en casa, la Real comenzó a perder tiempo y a gestionar el epílogo sin dar opción al Celta de montar un último ataque.

La derrota, la tercera a domicilio, deja a los vigueses en una incómoda posición en la tabla con tres puntos de margen sobre el descenso, pero lo peor son las sensaciones. Pésimas.

2.- Real Sociedad: Moyá; Zaldua (Gorosabel min.86) , Moreno, Llorente, Theo; Zurutuza (Sandro, min. 77), Zubeldia, Pardo; Januzaj (Merino, min. 62), Willian José, Oyarzabal y Juanmi.

1.- Celta: Sergio; Vázquez, Costas, Araujo, Juncá; Okay (Pione Sisto, min.86), Jozabed, Brais; Emre Mor (Maxi Gómez, min. 46), Aspas y Hjulsager (Bouthal, min. 58).

Árbitro: Melero López (Comité Andaluz). Amonestó a Sandro Oyarzabal, Juncá y Maxi Gómez Goles: 1-0, min. 36: Oyarzabal. 2-0, min. 46: Zurutuza. 2-1, min. 82: Maxi Gómez.

Estadio: 17.774 espectadores en una noche fría en Anoeta. Los seguidores situados en la grada de animación se ausentaron de sus asientos durante los primeros quince minutos en protesta por los horarios entre semana en los que le está tocando jugar a la Real en las últimas jornadas.