«En Vigo lo he dejado todo y me he traído un trozo, que es mi hija»
Pablo Hernández llegó a Vigo de la mano de Eduardo Berizzo, con el que había triunfado en el fútbol chileno y que sabía lo que el internacional podía dar.
- ¿Qué significa Berizzo para usted?
- Un antes y un después. El Toto para mí fue no solo una relación técnico-jugador, sino también de amistad. Pablo Hernández hay dos, uno antes y otro después del Toto.
- ¿Está siguiendo al Celta desde Argentina?
- Sí, lo veo y hablo con mis compañeros. Todavía no han agarrado la idea de lo que quiere el técnico, siempre al principio cuesta. Pasó en su momento con el Toto, al principio las cosas no fueron bien y acabaron de la mejor manera. Lo más importantes es que mis excompañeros están bien, tiran para delante, los resultados no acompañan, pero irán a mejor. Tienen un gran plantel, son muy buenos jugadores y lo van a hacer bien, solo que lleva tiempo.
- ¿Cuando fichó, tenía referencias de Antonio Mohamed?
- No lo tuve como entrenador, pero cuando hablé con el Celta para salir ya sabía que iba a ir el Turco. Lo poco que he charlado con la gente que lo conoce, me hablan muy bien de él, me dicen que maneja muy bien el grupo. La decisión mía de marcharme ya la había tomado, fue duro.
- ¿Deja amigos en Vigo?
- En Vigo lo he dejado todo. He dejado todo y me he traído un trozo de Vigo conmigo, mi hija nació ahí y es algo muy lindo para mí. He dejado amigos, compañeros que ya eran amigos, la gente que trabajaba en el club siempre me trató de la mejor manera y eso son cosas que hacen sentir bien a un jugador. No solo ser reconocido por lo que se hace, sino dejar una buena imagen como persona ha sido muy importante para mí. Y el reconocimiento de la gente después de haberme ido fue lo mejor, fue algo tan lindo que no se me va a olvidar nunca. Me llevo conmigo cada cara, cada recuerdo.
- ¿Volverá algún día, aunque sea de visita?
- Sin duda, tira, tira mucho. Lleva tiempo olvidar cuatro años, siempre se va a quedar en el recuerdo. El Celta para mí ha sido mi casa. Pasar por un mal momento y haberlo revertido fue único, me he sentido en casa. Fueron cuatro años muy buenos, eso no se olvida.