Atasco por el centro y alas vacías

GRADA DE RÍO

Xoán Carlos Gil

El Celta ha diseñado una plantilla sin extremos que acumula calidad y efectivos en el pasillo central

04 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta invirtió este verano en tres mediocampistas de calidad para reforzar su centro del campo. Dos, Fran Beltrán y Okay Yokuslu, de perfil más defensivo, y Mathias Jensen con un corte más creador. A ellos incluso se podría añadir a Sofiane Boufal, que aunque le define un fútbol mucho más ofensivo, tiene más alma de centrocampista que de extremo. En resumen, muchos buenos peloteros, pero un gran problema para colocarlos.

Porque Antonio Mohamed se ha encontrado con muchísima calidad que acumular en el pasillo central, pero apenas dispone de extremos ni de carrileros. Por eso cuando el Turco apuesta por montar una línea de cuatro en la medular, en la que los interiores deben responsabilizarse de llevar peligro por la banda, el equipo sufre, pues no tiene ningún futbolista que aporte lo que definía a Daniel Wass.

Jensen fue ayer el último en reconocer públicamente que no había jugado en el puesto en el que más cómodo se encuentra. Antes ya lo hicieron sus compañeros Lobotka y Beltrán. «No estoy muy acostumbrado a jugar por el costado derecho, lo había hecho anteriormente pero no es mi posición favorita. En el centro del campo me gusta jugar como ocho, es donde doy mi mejor versión, pero también puedo jugar de seis y de diez, no hay problema. Lobotka y Fran Beltrán lo están haciendo muy bien», declaraba ayer el centrocampista danés.

Lobotka, que el curso pasado impartía cátedra desde el puesto de mediocentro, está actuando ahora más adelantado y reconoció hace unos días que le resultaba difícil. Y Fran Beltrán, cuando le tocó adelantar unos metros su posición, dijo lo mismo.

Mohamed se ha encontrado con que tiene a tres futbolistas para ejercer como mediocentros ?Okay, Lobotka y Beltrán?, pero carece de interiores a los que les guste percutir por la banda como hacía Wass. El Turco confió a Brais y Jensen esa función ante el Getafe, y la decisión no funcionó. También probó en determinados momentos con Boufal y Mor, pero hasta la fecha el planteamiento no cuaja.

Porque el carril central está sobrado de calidad, pero las bandas están huérfanas de futbolistas que encajen en esa concepción. Y la segunda cuestión que entra en juego ahí es la de los laterales. Al jugar sin extremos, el protagonismo ofensivo de los laterales del Celta tenía que ser notorio. Y más cuando en ocasiones actuaba con tres centrales. Sin embargo, aunque Hugo Mallo cada vez se anima más a subir, no es un carrilero nato; Júnior Alonso tiene alma exclusivamente defensiva; y Juncà, el que más encajaría en ese perfil, tiene tendencia a subir y a centrar, pero le cuesta más el repliegue.

Repasando los mimbres que Mohamed tiene en el banquillo, y partiendo de la calidad que se le agolpa en la zona central, entre las soluciones que se le presentan está la de construir el centro del campo con tres hombres, ya sea un mediocentro -Okay, Beltrán o Lobotka- y dos jugadores más adelantados -Jensen, Brais, o Boufal, por ejemplo- o dos centrocampistas más defensivos y una tercera pieza actuando como enganche.

La falta de extremos

Los resultados de la planificación deportiva celeste desembocaron en que el Turco dispone de muchos futbolistas para la medular, pero apenas tiene jugadores que situar en los extremos. Pione Sisto encaja en la definición, aunque al jugar por la banda zurda y ser diestro, su fútbol está condenado a internarse para dentro puesto que no puede poner centros de calidad. Emre Mor podría intervenir desde la derecha, pero ha caído en el ostracismo por la vía rápida, y Boufal, aunque tiene instinto ofensivo, no exprime su rendimiento pegado a la banda, sino que tiene tendencia e jugar más centrado. Hjulsager, que hasta el momento no se ha ganado ningún minuto, podría ser una alternativa para el extremo derecho.