Continuidad y buenos alimentos

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

Los minutos y un cambio en la alimentación han llevado a Rubén a su mejor versión

16 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Continuidad y buenos alimentos. Esa es, a grosso modo, la receta con la que Rubén Blanco ha cocinado su crecimiento bajo los palos del Celta. Desde que irrumpiera a la carrera en el frío Valladolid hace cinco años, las expectativas depositadas en el portero habían sido altísimas, pero las lesiones, con la falta de regularidad que conllevan, se fueron cruzando en su camino cada vez que intentaba derribar la puerta de la titularidad y asentarse en el once. Hasta esta temporada.

Unzué le ha entregado la red y el de Mos la ha abrazado gracias a que su cuerpo está respondiendo a la perfección. ¿Qué ha cambiado? La dieta. Rubén ha modificado sus hábitos alimenticios y su cuerpo lo ha respaldado. «Si tú te alimentas mejor, tu cuerpo lo agradece y te devuelve el sacrificio que haces a la hora de comer», argumentaba hace unos días el guardameta, que ha dejado atrás bebidas gaseosas, los fritos y los excesos de carne roja.

«Principalmente, me gustaban mucho los refrescos, y dejé de tomarlos, solo me hidrato con agua. Como mucho pescado, muy poquita carne roja, nada frito, mucho cocido, arroz y ahora menos pasta. Estoy en otra época de la dieta en la que necesito otro tipo de carbohidrato», desgrana el portero, feliz con la respuesta que su cuerpo está dando a los cambios alimenticios que le ha pautado un nutricionista, la figura clave en el giro del meta.

«El sacrificio merece la pena porque al final yo me estaba lesionando mucho, me rompía con mucha facilidad y algo tenía que pasar algo porque un chaval de 22 años no puede estar rompiéndose con facilidad, en mi caso, el cuádriceps». «Podría parecer una tontería, pero me estoy dando cuenta de la importancia brutal que tiene, y tengo que agradecérselo a mi nutricionista», añade el mosense, para el que cuidar su cuerpo más allá de los muros de A Madroa. Le gusta seguir entrenando, con menor carga, fuera de las instalaciones deportivas, y mejorar la alimentación es otra manera de hacerlo.

¿Su mejor versión?

En el partido del Levante Rubén Blanco fue un dolor para los granotas y un salvavidas para el Celta. Hizo cinco paradas -incluida una mano increíble y una propia de balonmano- de mucho mérito y confirmó que esta es su temporada. Lleva trece partidos de Liga a cuestas, ya suma más minutos que en toda la campaña anterior junta y defiende la etiqueta de titular. Sin embargo, huye de las grandes consignas y la propaganda. «No creo que tenga que valorarlo», dijo lacónicamente ayer al ser preguntado por si el de Levante había sido su mejor partido hasta la fecha. Se refirió al trabajo grupal y dejó al margen su crecimiento. Prefiere los hechos a las palabras.