Después de dos derrotas consecutivas, los vigueses quieren los primeros puntos ante el Alavés en un Balaídos que presenta la incógnita de la iluminación por mor de las obras de grada de Río
10 sep 2017 . Actualizado a las 18:11 h.Luz. En el campo y en la grada de Río. Ese es el anhelo del Celta para la tercera entrega del campeonato. Sobre el césped porque después de dos derrotas consecutivas ante rivales directos, el grupo de Unzué no puede permitirse un tercer resbalón consecutivo ante un Alavés que también llega con su cuenta de resultados a cero y en plena época de ajustes después de un giro radical. Y en la grada porque las obras de Río convierten en un misterio la luminosidad que pueda darse esta tarde en una franja considerable de terreno. El Celta mostró su temor a las peñas el pasado miércoles ante la falta de concreción del Concello y todo quedará a expensas de la intensidad de la luz solar y del pertinente informe de faltas de la LFP.
El foco estará proyectado sobre el campo. La temporada pasada el Celta de Berizzo comenzó con tres derrotas y acabó firmando una décimo tercera posición que abocó al equipo a vivir en tierra de nadie el final liguero y que le restó cinco millones de euros en el reparto televisivo en relación a la clasificación del año anterior (cuando habían sido sextos). Además, el calendario depara que el Celta se mida a sus iguales en la primera mitad de cada vuelta, lo que le obliga a recolectar puntos para la tranquilidad antes de que el itinerario se endurezca con las etapas de alta montaña.
El partido también es una prueba estadística, porque los vigueses no ganan en casa en Liga desde el 3 de abril cuando superaron al Las Palmas. Desde entonces cinco equipos se llevaron el triunfo y otro empató, con goles, porque lo de dejar la portería a cero en Balaídos es un imposible desde el 19 de febrero. Osasuna, hoy en Segunda, fue el último que hizo las maletas sin marcar.
En la búsqueda de la luz y para romper esta peligrosa tendencia, Unzué podría ajustar la sala de máquinas. Lobotka, un jugador de mucha calidad que llega avalado por su gol con Eslovaquia en Wembley, apunta a titular. También podrían regresar Cabral y Fontás al centro de la defensa después de que Roncaglia y Sergi Gómez no terminasen de aprovechar su oportunidad en el Benito Villamarín. A priori, la zona ofensiva será la única que se mantengan con los mismos actores, ya que Emre Mor irá al banquillo, porque todavía no está para salir de inicio.
Como de costumbre en casa, Unzué se guardó la convocatoria que presenta las únicas duda de la inclusión de Brais Méndez o Pampín, que no viajaron con el filial.
El Alavés llega a Vigo en época de profundos cambios. Del equipo de Pellegrino que obró de verdugo celeste el curso pasado en la Copa hay bajas de consideración. Comenzando por el entrenador. Tantas son las incógnitas que se desconoce hasta la apuesta de juego. Innegociable por el momento en el Celta.
La iluminación
La luz en el campo es necesaria, pero en la grada es imprescindible ya que la LFP exige que toda la iluminación esté encendida y al 100 % de su intensidad 45 minutos antes del encuentro. La patronal reclama además homogeneidad, lo que parece imposible en este caso. La temporada pasada, con la grada de Tribuna en obras, el Concello colocó unos focos de emergencia con una potencia inferior a la exigida, lo que puede servir de guía para hoy. A priori, a las ocho y cuarto de la tarde a principios de septiembre no debieran existir problemas de visibilidad, pero una situación muy diferente puede darse en diez días en la jornada intersemanal ante el Getafe.