Embarcados a pesar de la tempestad

Míriam V. F. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

MARTA OJEDA

El inicio de la campaña de abonados del Celta generó menos expectación que en años anteriores

08 jun 2017 . Actualizado a las 16:11 h.

El celtismo comenzó a embarcarse en la tarde de ayer en la travesía de la nueva temporada 2017/2018. Muy poco a poco, con apenas una quincena de aficionados en el momento de abrirse las taquillas. La mayoría, celtistas mayores que ni se plantearon explotar la opción de las nuevas tecnologías; entre los jóvenes, algún romántico que no podía esperar para tener el carné en sus manos cuanto antes.

No faltaron los típicos líos con las colas, ni las esperas prolongadas -«menos mal que no hay mucha gente», decían alguna aficionada mientras el de delante tardaba en algún caso más de media hora-, pero el momento de recibir el carné y escuchar de la persona que lo entregada el «embarcado» que funciona como eslogan de la campaña lo compensaba con creces. «Soy celtista a morir, y al final eso puede con los precios aunque tengas que hacer un esfuerzo. Disfruto con el Celta y quería seguir siendo socia, pero vamos de mal en peor», señalaba Cati antes de gestionar seis abonos entre los que estaba el de su hija Zoe, de 27 días.

Algunos tenían más dudas, como Juan Guiadanes, socio desde hace más de 50 años. «Veño facer algunhas consultas e non sei se renovarei. Non me convence esta xente, xa non lles creo nada. Igual poño unha tele máis na casa e éme mellor», reflexionaba en la cola. También entre los críticos, pero ya decididos a renovar, Pablo y su hijo Daniel. «Él no me dejaba otra opción, pero tuvimos nuestras dudas. Te dicen que te van a hacer un descuento pero luego te vendrán con que si te hacen un 10 te subirán un 50. De este club ya no sabes qué esperarte», lamentaba.

También por sus hijos guardaban cola Almudena Alonso -hermana del excéltico Noly- y Sonia Carballo junto con otra amiga. «Somos alta nosotras y nuestras familias haciendo un gran esfuerzo. Se aprovechan de que los niños a esa edad no pueden ir solos para poner precios excesivos a los adultos. Pero los pequeños insisten tanto...», comentaban las madres. Tampoco les convencían los requisitos de la grada de animación. «Nosotras no podríamos ir y somos animadísimas. Pero entendemos que algunos límites tiene que haber porque no va a poder ir todo el mundo».

El primero de la fila, Marcos, se apresuró porque le había «echado el ojo» a un sitio concreto para su hijo y no quería quedarse sin él. «Llevo más de veinte años de socio e iba a seguir sí o sí, pero la campaña me parece lógica aunque a todos nos gustaría que fuera más barato», opinaba. Además, achaca la bajada de la afluencia a Balaídos a «20.000 cuestiones aparte del precio como los horarios o la comodidad de la televisión».

Entre los comprensivos, también Moisés Vázquez , que acetpa la subida como «lóxica» y Aitor González. «Siempre los van a subir y por desgracia creo que el número de socios se va a resentir después de tantas polémicas con el club. Pero estoy contento con que se premie la fidelidad», decía sin conocer en ese momento que no sería acumulable a las rebajas de familia y accionista. Lo mismo que Fernando Ferradás. «Yo no es que vaya al 80, es que espero ir al 100 %. Es el Celta y no miro mucho: pago y ya está». Así lo lleva haciendo diez años Ismael Chamborro: «Echo de menos que premien la antigüedad».