Otro registro para las hemerotecas

m. v. f. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

Aunque Balaídos no se aproximó en cifras a su mejor entrada, el clima que se vivió fue casi inaudito

06 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La sensación de lleno de un estadio a veces tiene más que ver con el ambiente que se crea dentro que con el número de espectadores que se congregan en el interior. Este jueves, en Balaídos contra el Manchester United, se dio la conjunción de las dos cosas: la mejor entrenada de la temporada, rozando el lleno absoluto con más de 26.000 espectadores, y un clima de fiesta y entrega total para la primera semifinal europea de la historia del club. Como si de los 13.000 del Xerez en la antesala del ascenso se tratara, pero con el doble de celtistas dispuestos a darlo todo.

Puede que se quedara lejos del lleno histórico. Entre otras cosas, porque la capacidad del estadio se ha reducido con las últimas reformas, que hacen ya insuperables los 30.000 de citas como las visitas de Arsenal o Benfica, y mucho más los 42.000 del ascenso de 1982. Pero la impresión era de que no cabía un alfiler, de que el himno a capela no podía sonar más ato y de que la afición no podía poner más de su parte. Y las cifras sí confirman que hacía mucho tiempo que no se creaba una atmósfera parecida.

A lo largo de la presente temporada la entrada récord correspondía hasta el momento al partido de Copa frente al Real Madrid, en el que se abrió Fondo -grada que permanece cerrada en Liga y que lo estuvo en la mayoría de encuentros continentales-, seguido del derbi ante el Deportivo (21.608). En Europa League, y pese a ser la competición más atractiva a la que se regresaba diez años después, el tope estaba en los 21.608 del Genk, un registro ya muy por encima del resto de duelos europeos, el grueso de los cuales se disputaron a las 19.00 horas con entradas que oscilaron entre los 15.000 del Panathinaikós y los 18.000 de las dos primeras eliminatorias (Shakhtar y Krasnodar) y del Ajax.

Muy por encima de la media

Los 26.000 espectadores son especialmente significativos si se ponen en relación con la media de celtistas que han acudido a los compromisos de Liga a lo largo de este curso. Esta ronda los 17.000, muy lejos del prácticamente lleno registrado frente al Manchester United. En la historia reciente del Celta solo hay dos citas en las que la afición se ha volcado de una manera similar, y fueron dos partidos radicalmente diferentes entre sí, aunque con final festivo similar: el ascenso del 2012 -cuando la celebración estaba asegurada- y la salvación del 4 %, marcada por la incertidumbre del todo o nada.

Desde entonces, y como es habitual, los derbis y los partidos frente a Madrid o Barcelona se han llevado siempre la palma. Por ejemplo, el 2-2 ante los culés en marzo del 2013 fue presenciado por 29.000 espectadores y ese mismo año, frente al Madrid en Copa, no faltó mucho para el lleno. En los cursos siguientes, incluso los números contra esos rivales se han resentido, alcanzando sus mínimos esta campaña.