La mentalidad de 1998 para Old Trafford

míriam vázquez fraga VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

XULIO VILLARINO

Sánchez, Berges y Djorovic recuerdan cómo remontó el Celta un 0-1 en Balaídos ante el Aston Villa

06 may 2017 . Actualizado a las 12:59 h.

En noviembre de 1998, el bombo de un sorteo continental deparó a un Celta inexperto en esas lides -regresaba a Europa tras una única experiencia previa en los 70- un cruce con un rival inglés que partía con el cartel de favorito ante los vigueses. Enfrente estaba entonces un Aston Villa que, como el Manchester United el jueves, abrió la eliminatoria en Balaídos con una ventaja mínima (0-1) que en ese caso se diluyó en la vuelta (1-3). Lo mismo que buscará ahora en Old Trafford un Celta que no quiere renunciar a la final de Solna al menos hasta el minuto 90 del partido del próximo jueves.

No son pocos los paralelismos entre un equipo y otro, como señalan los integrantes del primero Juan Sánchez, Rafa Berges y Goran Djorovic. Los tres coinciden en señalar que para que el Celta tenga opciones de pasar debe verse capaz. Ellos, en su día, no dudaron. «Aunque perdimos la ida, nada más terminar estábamos convencidos de eliminarles, de que éramos mejor equipo. Para mí el Celta no dio su mejor versión el jueves, pero tiene otros 90 minutos para recuperar el fútbol maravilloso que llevan haciendo toda la temporada», dice el serbio.

Para Juan Sánchez, la clave estuvo también en «la mentalidad y en mantener la identidad» que venía caracterizando al equipo, que eran parecidas a las actuales: «Arriesgar, buscar ser protagonista, hacerse con la posesión y tratar de hacer un buen fútbol», describe. «Fuimos convencidos y marcar un gol pronto también nos dio confianza, pero sobre todo el equipo creyó siempre. Había que ganar sí o sí y lo tuvimos presente en todo momento».

Berges, cuya expulsión por doble amarilla no privó al equipo de la victoria y el pase de ronda, asegura que aquel fue «uno de los mejores encuentros» de su etapa defendiendo la camiseta del Celta. «Y eso que, gracias a Dios, hubo muchos», comenta. «Nos salió todo. Fue un partidazo en el que jugamos bien y además hubo golazos», relata sobre los tantos anotados por Sánchez, Mostovoi y Penev.

Ninguno de los tres ve como un hándicap el hecho de visitar un escenario que impone como Old Trafford. Para ellos no lo fue. «Esos campos lo que te generan es ganas de jugar allí, de demostrar cosas y de pasar de ronda. Acentúa la mentalidad ganadora que necesitas ante retos como este», dice Sánchez. Le secunda Djorovic. «No tiene ninguna influencia negativa, al contrario, a nivel psicológico tiene que ser una motivación para un equipo que tiene mucho que ganar y nada que perder».

Berges va más allá y cree que en el caso del Celta, afrontar la vuelta fuera le puede servir para «liberarse». «Un partido como este genera una expectación y una presión tremendas que te atenazan. Y creo que les pasó eso en el partido de ida. Hubo muchos jugadores que no estuvieron a su nivel y creo que les va a venir bien», razona.

Los tres excélticos indican que el Celta que se vio en Balaídos frente a los de Mourinho dista bastante de la mejor y más habitual versión de los celestes. En gran parte por mérito del propio United. «Me parecieron un equipo muy físico, que presiona y no te deja jugar», valora Sánchez. También a Berges le llamaron la atención las características de los futbolistas rivales, «muy físicos, fuertes, poderosos». Nada a lo que el Celta no pueda hacer frente, apunta Djorovic: «En la ida tuvieron más respeto del debido. Deben ser atrevidos, como lo han sido contra otros rivales poderosos, como acostumbran», pide.

Berges, que sueña con esa final -«si pasan, me planto en Solna»- cree que se podrán aprovechar de un planteamiento distinto del United en su campo. Y Sánchez ve al equipo «muy vivo y capaz de dar el zarpazo». Como en 1998.