El Celta tiene una cita con su historia

La Voz X. R. C. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

STEPHANIE LECOCQ | EFE

Apuesta por los mismos actores para alcanzar por primera vez las semifinales de la Europa League

20 abr 2017 . Actualizado a las 18:03 h.

El Celta está a un capítulo de escribir su pasaje más importante en el fútbol europeo. Hace una semana en Vigo comenzó a darle forma al sueño de alcanzar las semifinales de la Europa League por primera vez en su historia. Con trazo claro y con una idea definida. Y tomando una ligera ventaja con respecto al Genk, un colectivo plagado de descaro y juventud. El 3-2 de la ida no invita a la relajación, pero permite pensar que un final feliz es posible.

En la enciclopedia de sus casi 94 años de vida, el Celta ha llegado a la misma página en tres ocasiones. En ninguno de ellos escribió la mitad de la historia en positivo, ganando su primer partido. Siempre dejó los deberes para el final y terminó cabizbajo y con los ojos llorosos.

Por primera vez el escenario es diferente. Berizzo, un lector empedernido, ha sabido encontrar la trama argumental ideal, con unos actores mucho más humanos y menos divos de los que en su día tuvo Víctor Fernández. La teoría del sueño y el soñador del argentino, que tiño de éxito la historia y las paredes de O’Higgins, vuelve a ser válida para otro equipo celeste a miles de kilómetros de Rancagua.

El Toto, además, ha sabido alimentar en sueño con los personajes y la idea definida. Su once para rendir visita al Genk en territorio flamenco será el mismo del jueves pasado, con la única duda de dar cabida en el relato inicial a Roncaglia, un defensor duro y aguerrido, en detrimento de la salida de balón de Fontás, más estilista y menos contundente. Porque la falta de firmeza de la ida, de repetirse, es la que puede arruinar el anhelo.

El resto de los protagonistas serán los mismos que en la primera parte del cuento. Un centro del campo con músculo y fútbol y una delantera con ansias de acaparar la portada de la gesta. Iago Aspas, el mejor pelotero del torneo, acompañado de un Guidetti feliz por su papel estelar y de un Pione Sisto que ha descorchado todos sus encantos balompédicos en el momento preciso.

El desenlace promete ser épico, como toda historia que se precie. En un campo hostil, ante un rival incómodo que ha hecho de su casa un fortín y con un equipo enfrente plagado de velocistas. Que, por cierto, apostará por los mismos actores de siete días antes en Balaídos y elegirá las mismas armas para batirse en duelo en el Luminus Arena.

Elementos que poco importan a la hora de plasmar la historia. El Celta sabe que defender no es lo suyo y saldrá a por el partido, a marcar si es posible, y de paso a maniatar a un grupo de jóvenes peloteros que en no muchos años tendrán un nombre en el concierto del fútbol continental. El mismo que se están labrando muchos de los célticos. Desconocidos hace nada, y respetados desde que dejaron al Shakhtar por el camino. Hoy pueden inscribir su nombre con letras de oro en el libro de la vida del Celta.