El Shakhtar pondrá a prueba la capacidad para cortar el juego del internacional
22 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Eduardo Berizzo alineará a su mejor once ante el Shakhtar. De eso no cabe duda. Y entre los futbolistas con más papeletas para estar en el equipo de salida, destaca Marcelo Díaz. La baja por sanción de Nemanja Radoja le abrirá las puertas de par en par al internacional chileno, el mediocampista de corte más defensivos de cuantos tiene a su disposición el entrenador, pero un futbolista que no atraviesa su mejor momento.
A pesar de que las lesiones ya han quedado atrás, el veterano centrocampista no acaba de tomar velocidad de crucero, y en el momento clave de la temporada no tuvo el protagonismo que cabría esperar. En los duelos frente al Alavés no sacó a relucir todo el fútbol que tiene en las botas y en la ida frente al Shakhtar y en la visita al Calderón se quedó fuera de once. Ahora, en Járkov, tendrá la oportunidad, y casi la obligación, de resarcirse.
Regresar al once titular en la Europa League será un examen mayúsculo para un Marcelo bregado en mil batallas, pero que está viviendo una campaña con altibajos. Radoja, que está rindiendo a un nivel altísimo, parece haberle arrebatado la primacía en el puesto de pivote defensivo, dado que destaca por un fútbol de más corte y contundencia que el internacional chileno y encaja mejor cuando el centro del campo está más exigido y necesita músculo. Sin embargo, el Chelo tiene una calidad y una capacidad para entender el juego muy del gusto de Eduardo Berizzo, que fue el que apostó por su contratación.
Frente a los ucranianos deberá combinar las dos facetas. La de destructor, poniendo músculo y rompiendo el juego rival, con la de arquitecto, sacando el balón y alimentando con pases de calidad a sus compañeros. En la contienda de Balaídos el Shakhtar ya demostró que juega con intensidad y que cuenta con futbolistas que exigen mucho a sus marcas, por lo que convertirse en la sombra de su par será fundamental para los intereses del Celta, cuyo fútbol, tanto ofensivo como defensivo, presenta una gran dependencia de su sala de máquinas.
A priori, los hombres de Berizzo tendrán que salir a atacar desde el minuto uno, y eso incrementará el peligro de que el equipo se parta y los de Paulo Fonseca dispongan de contragolpes. Ahí será cuando más exigido estará Marcelo, cuyo promedio de intercepciones por partido es de 1,2, el mismo que el de Radoja.
Cuando el serbio está en el terreno de juego resulta habitual verle incrustarse entre los centrales para reforzar la defensa y ayudar a sacar balones aéreos, y no duda en encimar a los rivales, quizás la parcela que más le cuesta al internacional con Chile, que no tiene la envergadura de Nemanja.
En la faceta creativa, la precisión en el pase del sudamericano, que supera el 86 %, es uno de sus grandes avales, lo mismo que su buen trabajo a balón parado. Por partido mete 2,6 balones largos a sus compañeros para impulsar el ataque y esa cualidad será bienvenida en el Metalist, donde un Shakhtar que no acusa el paso de los minutos en el plano físico, examinará el nivel de Marcelo Díaz.