En el nombre de la afición

La Voz X. R. C. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

Berizzo aplica terapia de grupo en la vuelta al trabajo del Celta tras la eliminación copera, con la presencia de Mouriño en A Madroa, y traza nuevos objetivos para la Liga y la Europa League

12 feb 2017 . Actualizado a las 18:47 h.

El luto por la oportunidad perdida en Mendizorrotza finalizó de un modo formal en la mañana del viernes. Berizzo reunió a su plantilla antes del entrenamiento en una vuelta al trabajo que también contó con el apoyo testimonial del presidente Carlos Mouriño en A Madroa. El mensaje es mirar hacia adelante en una temporada que todavía tiene retos pendientes.

«Lo hemos pasado mal, hemos venido destrozados, pero hoy ya hemos cambiado el chip», comentó Hugo Mallo ejerciendo de capitán y enarbolando la bandera del celtismo para mirar al futuro: «Hemos hablado de lo sucedido y nos merecemos pasar página, la afición se merece que el equipo dé la cara y esa es la idea que tenemos. Vamos a tener dolor por dentro, pero ese dolor nos va a dar fuerza. No podemos fallarle a esa gran afición que tenemos que nos está apoyando. Queremos que se sientan orgullosos de nosotros y no queda otra que seguir remando hacia adelante porque todos coincidimos en que queda muchos retos y podemos conseguir cosas muy bonitas y buenas».

Esos retos apuntan a engancharse a la batalla por Europa en el torneo doméstico y a desafiar al poderoso Shakhtar Donetsk dentro de seis días en la Europa League. «Hay que centrarse en la Liga y después tenemos otra oportunidad bonita de seguir haciendo las cosas bien en la UEFA». Quizás el varapalo ante el Alavés puede reactivar al equipo para el segundo torneo continental, de la cual apenas se habló en el último mes y medio.

Y por las caras durante el entrenamiento a puerta abierta, la charla del Toto debió surtir efectos. Caras alegres, un Iago Aspas tirando del carro en los rondos de la sesión preparatoria y los pocos aficionados que se dieron cita en el entreno en abierto aplaudiendo. Como si el revés copero ya quedase muy atrás en el tiempo.

La tarea fundamental es recuperarse a nivel mental, aspecto en el que puso especial énfasis el entrenador. «Berizzo nos dijo que hay que ser fuertes de cabeza, que todo pasa, y que esto es un equipo -desveló Hugo Mallo-. Hay que tirar hacia adelante entre todos, estar arropaditos, todos juntos. La afición se merece que el equipo siga dando la cara». A nivel físico en los intramuros de A Madroa no hay ninguna preocupación, el equipo ha demostrado su capacidad para competir cada tres días pese a que lleva a estas alturas (primera quincena de febrero) la friolera de 34 partidos encima.

Además, en la jornada de ayer se vació la enfermería por primera vez en toda la temporada y Berizzo dispone de los 24 futbolistas profesionales de la primera plantilla tras recibir el alta Beauvue y Rubén Blanco. Para el partido de mañana tendrá que hacer seis descartes. «Estamos todos con muchas ganas, ilusión y sobre todo, mucha hambre».

Porque superado el trance, la locura de temporada que vive el Celta tampoco deja margen para lamentos. Mañana en el Calderón se enfrentarán los dos perdedores de semifinales (a modo de final de consolación) y los vigueses no quieren perder el tiempo en lamentaciones: «Es un gran momento para decir aquí estamos nosotros y que juntos vamos a superar lo que se nos venga encima. Si alguien puede salir de esta es este equipo», asegura el capitán.

A la hora de pasar página, de la derrota ante el Alavés deja dos lecciones. La más importante, que en la era del fútbol moderno resulta difícil que se repita un caso como el del Celta, un equipo fuera de la corte de los ilustres, que es capaz de llegar dos veces a la penúltima instancia del torneo copero. La segunda, que las lágrimas y la decepción deben sustituir como combustible a la ilusión de la que habló el Toto durante toda la Copa. Mañana toca demostrarlo.

Hugo Mallo: «El palo más duro fue perder a penaltis con el Granada»

Hugo Mallo, el capitán céltico, admitió que la derrota había sido uno de los palos más gordos en sus ocho años en la primera plantilla del Celta, pero no el peor: «De las más duras, pero no la más dura. Duro sí que es jugar una fase de ascenso, había mucho en juego económicamente y ese fue el palo más duro perder a penaltis contra el Granada».

Mallo es uno de los supervivientes de aquel Celta que en el año 2009 se salvó de Segunda B ante el Alavés.

Beauvue, tras diez meses de baja, y Rubén Blanco reciben el alta y dejan vacía la enfermería céltica

El parte médico del Celta se queda en blanco. Por primera vez en toda la temporada no hay ningún jugador lesionado. Porque diez meses después Claudio Beauvue recibió el alta médica de su rotura del tendón de Aquiles de la pierna derecha, y porque Rubén Blanco dejó atrás una microrrotura muscular que le tuvo parado durante tres semanas.

Beauvue se lesionó ante el Betis en abril del pasado año. Desde entonces ha vivido una latosa rehabilitación que incluso le llevó en verano a una clínica especializada en la recuperación de tendones en Doha. En la recta final de su puesta a punto el apartado más problemático fue recuperar la fuerza, un aspecto capital para un jugador con una capacidad de salto imponente y que basa parte de su juego en el aspecto físico. Lleva un tiempo entrenando con normalidad.

Rubén Blanco, por su parte, cumplió los pronósticos de los médicos y se recuperó en tres semanas de su dolencia en el recto anterior de la pierna derecha. Salvo sorpresa el guardameta de Mos irá al banquillo en el Calderón.