Orellana, que ha vivido un cambio radical en Vigo, experimentó sus peores días en el fútbol como nazarí
20 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Hay cosas difíciles de entender. Orellana fue acusado de indolente en Granada. No triunfó con el cuadro nazarí en ninguna de las dos épocas en las que actuó como local en Los Cármenes. Sin embargo en Vigo, salvo en los primeros meses con Luis Enrique, siempre ha sido un jugador fundamental. Especialmente desde la llegada del Toto, que lo ha convertido en un verso libre que una y otra vez, busca el juego interior aunque parta de la banda.
Pero la gran diferencia de Orellana con respecto al pasado está en su implicación y en su carácter para presionar. Dos partidos consecutivos acumula el Celta con uno menos y en ambos, El Poeta se cargó al equipo a la espalda. Para atacar y para defender. Hasta el punto que frente al Espanyol hizo por dos. Al menos así lo interpretó Berizzo: «Tenemos ausencias en todas las líneas, pero lo resolveremos con funcionamiento, con sistemas, y después apoyándonos en la gran calidad de nuestros jugadores como sucedió en el partido ante el Espanyol. Destacaría la performance de Orellana, ayudando al equipo atrás y montando el ataque. Con una doble función que evitó un cambio defensivo».
Un partido diferente
Para Fabián cada visita a Granada no es un partido más. El fútbol le ha sonreído en todos los escenarios en los que ha estado menos en sus días con Fabri o más tarde con Anquela. No encajaba en aquella manera de jugar y le faltaba protagonismo en el equipo. El que tuvo desde el primer día en Vigo, algo que crece cada día y que todavía no ha tocado techo. Quizás con la marcha de Augusto todavía dé un paso más al frente, aunque siempre será el agitador de un equipo en donde el sistema es lo fundamental: «Creo mucho en el sistema y en quienes lo ejecutan. Hemos resuelto un montón de dificultades que hemos pasado con mucha madurez». Una frase del técnico aplicable a Orellana más que a ningún otro. Esta temporada hasta ha aprendido a moderarse ante los colegiados, algo que le permite mantener la concentración en todo momento. Uno de los bastiones que han llevado al Celta a vivir de un modo continuado en territorio Champions.