El Celta aprende a vivir sin balón

La Voz VIGO

GRADA DE RÍO

CRISTINA QUICLER

Cambian posesión por oficio para superar con éxito el momento más crítico

08 dic 2015 . Actualizado a las 14:48 h.

El Celta explora otros mundos balompédicos. A su tendencia al juego abierto y de ataque, siempre a través de la posesión del balón, le está añadiendo en los últimos partidos oficio para jugar también sin el esférico. De hecho, en el Villamarín firmó los registros ofensivos más raquíticos de la temporada con apenas un 40,5 % de posesión y cinco disparos a lo largo de todo el partido, solo uno entre los tres palos, el del gol de Bongonda. Algo parecido sucedió frente al Sporting en la segunda mitad, y el equipo también sobrevivió. En total cuatro puntos con un fútbol mucho menos preciosista. Un buen bagaje para tiempos con menos recursos: físicos y humanos.

Los números confirman que el Celta hizo el sábado ante el Betis su partido más defensivo de la temporada. Obligado en gran medida por las circunstancias. Porque además de no tener el balón el 59,5 % del tiempo, recibió 28 disparos (por encima del doble de la media) y solo pudo dar 321 pases, amén de disparar en una sola ocasión, con éxito al marco rival. Cifras incluso inferiores al partido con el Barcelona, en donde los vigueses llegaron a disfrutar del 43,4 % de posesión, siendo capaces de dar 377 pases. Y de disparar 18 veces a puerta (5 goles entre los tres palos y de ellos cuatro goles).

Frente al Sporting, el Celta ya dio muestras de sobrevivir sin el balón. Aquel día tuvo el 55,5 % de posesión, pero computando su dominio del primer tiempo, siendo capaz de acertar en la mitad de los disparos a la portería contraria. Además, ante el conjunto del Pitu Abelardo, el equipo apenas concedió ocasiones al rival, de hecho los rojiblancos solo tuvieron dos tiros y convirtieron en gol la mala salida de balón de Sergio. Fue la segunda vez, después de la derrota de A Coruña, en donde se apreció que la circulación de balón no era la misma de principio de curso.

La diferencia con respecto a la temporada pasada, es que el Celta ha aprendido a sufrir, a juntar más las líneas y a jugar replegado para luego buscar el contragolpe. Pese a todo lo padecido ante el Betis, Nolito tuvo una ocasión muy clara para darle la victoria a los celestes en una contra de libro en el último suspiro.

El viaje hacia un fútbol de más músculo y menos bonito coincide en el tiempo con la cuesta abajo de cada temporada por estas fechas. El curso pasado el Celta mantenía un mejor nivel de juego, pero era menos competitivo, y dependía más del fútbol que generase. Carecía de un plan B que ahora parece haber encontrado para la fase más difícil ante la condensación de partidos y la falta de efectivos.

Si es capaz de resistir con el plan B mientras la curva sea descendente, lo tendrá más fácil para acercarse a la excelencia cuando recupere el mejor tono y a todos sus hombres.