Krohn-Dehli: «No sé lo que va a pasar»

lorena c.g., x. r. castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

XOÁN CARLOS GIL

El danés alcanza su cénit cuando parece vivir sus últimos meses en el Celta

24 feb 2015 . Actualizado a las 18:44 h.

Cuando hace dos años y medio Michael Krohn-Dehli aterrizó en Vigo para reforzar el ataque del Celta en su regreso a Primera división la mayor parte de los aficionados no habían oído hablar del danés ni sabían pronunciar su nombre. Dos temporadas después, lo corean a grito en voz cada vez que el ahora centrocampista toca la pelota. Es la forma que tiene la afición celeste de rendir tributo a un jugador que destila fútbol por cada poro y, de paso, de pedirle que no cambie de camiseta.

Desde el pasado uno de enero Krohn-Dehli es libre para negociar su marcha a cualquier equipo. Finaliza contrato el 30 de junio y desde hace meses se amontonan sus pretendientes, tanto en la Liga, como en la Premier, como en el fútbol de su país. El jugador, sin embargo, no se pronuncia. «¿Qué sucederá el próximo año? No lo sé. No voy a hablar del futuro», respondía en Riazor poco antes de subirse al autobús que llevaba al Celta de regreso a casa. «Ese tema hoy no es lo más importante, lo son los tres puntos». Una aseveración que podrían debatir muchos célticos, que ya comienzan a echar de menos el fútbol del danés.

CESAR QUIAN

El cambio impositivo parece convertirse en un obstáculo insalvable para la continuidad de Krohn-Dehli en el Celta, y aunque el jugador guarda silencio y el club asegura que no arroja la toalla, su ampliación de contrato está más que complicada. El futbolista llegó al club vigués de la mano de Miguel Torrecilla a un coste de 900.000 euros, una cantidad más que amortizada a la vista de los resultados que ha dado el danés, que comenzó jugando de extremo con Paco Herrera para reconvertirse con Luis Enrique -que en un principio no lo quería- en mediocentro, una posición que Berizzo ha matizado en las últimas jornadas, y en las que el jugador parece explotar su mejor versión.

Su capacidad para leer los partidos, armar ataques, encontrar espacios para colar pases precisos y, en general, para hacer fútbol, forman la carta de presentación de un jugador que en el derbi volvió a demostrar que su hueco no es fácil de cubrir. El Villarreal, el Sevilla, el New Castle o el West Ham, además de Copenhague y Brondby, tienen muy claras las virtudes del futbolista y le siguen de cerca. Habrá que ver si los cánticos de la afición celeste hacen mella en el danés, o si disfrutar de su fútbol en Vigo tiene fecha de caducidad.

Nolito, Augusto y Orellana, otros tres baluartes con el futuro incierto

La salida de Krohn-Dehli puede no ser el único nubarrón que se divisa en el futuro de la actual plantilla. Nolito ha vuelto al escaparate, Augusto ha descubierto un nuevo paraíso en forma de mediocentro en el momento crucial, cuando solo le queda un año y medio de contrato, y el asunto del 50 % de sus derechos económicos sigue sin resolverse. Para el 2016 también está señalada la fecha de caducidad contractual de Fabián Orellana.

A día de hoy, el Celta transmite la impresión de que tiene una plantilla casi redonda que con ligeros retoques podría aspirar a objetivos mayores dentro de la Liga, sin embargo parece difícil que no se produzca alguna venta pese a que Carlos Mouriño ha repetido que los célticos solo se desprenderán de sus activos si los equipos interesados pagan la cláusula.

La de Nolito es de 18 millones, una cantidad asumible para cualquier equipo de la Premier. Desde hace tiempo la dirección del conjunto céltico tiene asumida la posibilidad de que su principal activo cambie de aires a la conclusión de la temporada, de hecho, ya tuvo que hacer una maniobra a la carrera el pasado verano para evitar su adiós. En caso de venderlo, significaría el déficit cero.

Frentes

Otro frente abierto, aunque con un mayor margen, es el de Augusto Fernández, cuya cotización se ha reactivado después de adaptarse a la perfección al papel de mediocentro. Desde hace más de un año, el Celta está en negociación con Vélez Sarsfield para comprar el 50 % que queda pendiente de sus derechos económicos, pero el acuerdo se ha demorado en el tiempo y parece difícil que vaya a concretarse en un futuro próximo. El internacional acaba contrato en junio del 2016 y la pasada temporada había tenido una oferta para marcharse al fútbol asiático.

También un año y medio le queda en Vigo por contrato a Fabián Orellana, otra de las piezas angulares del actual proyecto. El chileno pudo salir el pasado verano al Colo Colo, pero al final apostó por continuar en Vigo.

En estos dos últimos casos, existe la posibilidad de una renovación, aunque a nivel económico no se presenta nada sencilla al tratarse de dos jugadores con caché. Todo dependerá del esfuerzo económico que pueda hacer el club por retenerles. Mouriño ya avisó que no hará locuras.