El Celta crece tras el ecuador

Xosé Ramón Castro
x. r. castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

Los vigueses encadenan tres temporadas consecutivas sumando más puntos en la segunda vuelta

25 ene 2015 . Actualizado a las 14:18 h.

El Celta encadena tres temporadas consecutivas mejorando su balance de puntos en la segunda vuelta. Las campañas en positivo (de menos a más) se han convertido en una norma para el conjunto vigués, que en las quince ligas consumidas desde el cambio de siglo ha sido capaz de hacer mejor papel en el segundo semestre en ocho de ellas. En cualquier caso, repetir el mínimo de puntos conseguidos en estos tres lustros (18) deberían ser suficientes para repetir en Primera División por cuarto año consecutivo.

La historia más reciente del Celta se escribe en positivo. El año del regreso Herrera acabó la primera vuelta sumando 18 puntos y a la conclusión de la Liga el Celta se salvó con 37. En la segunda parte del campeonato, con Abel en el banquillo, el bagaje de los célticos se incrementó en un punto (19), que a la postre fue decisivo para salvarse en la agónica última jornada.

El curso pasado se dio la mayor diferencia entre vueltas de la década, ya que Luis Enrique pasó de 19 puntos en el ecuador del campeonato a añadirle 30 más a la conclusión. Los célticos llegado el mes de febrero apretaron el acelerador y pasaron de la zona comprometida al noveno lugar. Se quedaron a las puertas de Europa.

El ascenso de la campaña 11/12 también se fraguó en la segunda parte del curso con 48 puntos que resultaron definitivos para acabar con 85 en la segunda posición. Curiosamente un año antes los hechos se había producido a la inversa (de más a menos) y el equipo había quedado condenado en el play off ante el Granada.

El daño de los números negativos en la segunda parte del campeonato también se hizo palpable en el descenso del 2006. Los célticos sumaron en aquella ocasión 18 puntos, la peor puntuación en una segunda vuelta desde el año 2000 con independencia de la categoría.

Los dos extremos

La mayor diferencia entre la primera y la segunda vuelta en clave celeste desde el cambio de siglo aparece en el ejercicio 00/01, cuando el equipo que preparaba Víctor Fernández pasó de los 20 puntos a los 39, finalizando el curso con 59 y clasificado para competición europea. Terminó sexto cuando en el ecuador era décimo sexto.

Por contra, el descenso más acusado de la época reciente aparece en el segundo curso de los cinco en la división de plata (08/09), cuando de la mano de Pepe Murcia los célticos cerraron la primera parte del campeonato con 31 puntos, a solo dos del ascenso directo que entonces marcaba el Castellón, pero una vuelta después, ya con el cordobés sustituido, los vigueses acabaron décimo séptimos con cinto puntos de margen sobre el Alavés, el último descendido. Fue el año de la irrupción de Iago Aspas, que con dos goles ante los vitorianos evitó quizás la desaparición del club.

El precedente del Levante

La salida fulgurante del Celta en la primera vuelta invitó a pensar en Europa. Los 16 puntos que lucía tras la novena jornada parecían un salvoconducto, pero de todos los precedentes había uno que invitaba a mirar con recelo el corte del descenso. En el curso 04/05 el Levante de Schuster también comenzó como un tiro, pero a la conclusión de aquella Liga acabó con sus huesos en el descenso. Y a día de hoy existen ciertas coincidencias que aconsejan cambiar el ritmo cuanto antes. Los granotas también habían finalizado el primer ciclo con 21 puntos y acumulando una serie de diez jornadas sin ganar, en las que solo habían sumado dos empates. En toda la segunda vuelta, y pese a la llegada de Oltra al banquillo, los valencianos solo sumaron 16 puntos (tres victorias y siete empates) y con 37 puntos se fueron a Segunda.

«Por nuestro inicio de Liga, en el que sumamos muchos puntos, la gente pensó en aspiraciones más altas, pero nosotros siempre supimos que nuestro objetivo era lograr la permanencia cuanto antes. Las malas rachas en el fútbol siempre se van a dar y estamos confiados con hacer un gran partido y ganar», manifestó ayer Santi Mina.

Por eso el arranque de la segunda vuelta y el partido de mañana con el Getafe adquiere tanta trascendencia para el futuro del cuadro vigués. Porque enfrente tendrá a otra escuadra que también firma la segunda peor racha del momento en la élite del fútbol español. La única diferencia es que los azulones han sumado cuatro empates y cinco derrotas (dos y siete en el caso vigués).

Semejante bagaje solo es superado por las 15 jornadas del Granada (con seis empates) y muy cerca se sitúa la serie del Athletic con un punto en seis citas.