La Copa como terapia para el Celta

Xosé Ramón Castro
x. r. castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

Los vigueses desafían al Athletic en los octavos de final como una vía de escape a la crisis

06 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Celta y Athletic están en crisis en la Liga, pero ninguno de los dos descarta la Copa del Rey. Todo lo contrario. Los célticos, con un plantel justo y con un punto sumado de los últimos 21 en disputa, quieren seguir vivos en el torneo y para eso centran sus esfuerzos en no encajar gol alguno en la ida de octavos del final de esta tarde en Balaídos. Los vascos por su tradición copera y por su carácter de grande también están exigidos, además recuperando a Aduriz y Muniain, lo que aumenta su peligrosidad de un modo considerable.

Berizzo, al menos de puertas afuera, no le hace ascos a la Copa, sino que la ve como una oportunidad para pasar página tras la sexta derrota consecutiva. Por eso tiene en mente hacer el mejor once posible, en el que no podrá estar Nolito al no acabar de superar su edema. El gaditano será la única baja inesperada en un once que incluirá a Cabral y Planas, sancionados para el próximo domingo, y a Augusto, que cumplió el partido de sanción el pasado sábado.

Con un equipo justo, la principal duda aparece en el centro del campo tras el descomunal desgaste de jugadores como Radoja o Krohn-Dehli. Uno de los dos debiera descansar para llegar con las pilas cargadas a la contienda de Valencia. Hace poco menos de un año, también en la Copa, el danés se había estrenado como pivote defensivo, una idea que no puede descartarse ahora.

Eso sí, dentro de una misma propuesta de juego que parece innegociable escuchando al entrenador céltico, convencido que la presión alta y la posesión son las premisas que mejor se adaptan a su equipo.

El Athletic, que después de la derrota en Riazor continúa sin enderezar su rumbo en la Liga, tampoco se guardará casi nada en la ida copera y apostará por muchos de los habituales con la novedad, habitual en el torneo, de Herrerín en la portería. El guardameta es uno de los blancos preferidos de Santi Mina, el céltico que mejor ha aprovechado la Copa para cambiar su estatus dentro del torneo.

Los vizcaínos intentarán dejar encarrilado el cruce en la ida, mientras el Celta busca vida para San Mamés.