El Celta deberá pagar un millón de euros por un jugador que sigue creciendo
03 mar 2014 . Actualizado a las 11:29 h.El futuro de Andreu Fontás se escribe en clave celeste. Los 90 minutos que el central catalán disputó con el Celta en Elche cubren el cupo de partidos y minutos que el defensa debía disputar con el equipo de Luis Enrique para convertirse en el primer refuerzo del equipo para el próximo curso. Y es que el acuerdo con el Barcelona contemplaba que si el catalán disputaba más de 45 minutos en el 60 % de los partidos de Liga, a los vigueses les tocaría abonar al Barça un millón de euros para conservarlo -salvo en caso de descenso-, mientras que si el club culé quería recuperarlo, debería afrontar la misma cantidad.
La línea roja, marcada en el partido de Elche ya se ha sobrepasado, y ahora le tocará al Celta abonar un millón de euros por los servicios del primer fichaje de la era Luis Enrique, algo que hace ocho meses, casi nadie creía posible.
Andreu Fontás aterrizó en el club céltico a mediados de junio del año pasado y de forma sorprendente. Llegaba bendecido por Luis Enrique para reforzar un puesto en el que se le auguraba poca presencia. Túñez y Cabral habían terminado la Liga en buena forma y parecían adscritos a la titularidad, mientras que Fontás procedía de un Mallorca en el que las cosas no le habían salido de todo bien, y tras superar una lesión importante de rodilla.
Desde el principio se puso en duda que el jugador fuese a tener el protagonismo suficiente en el equipo como para que el Celta tuviera que abonar por su fichaje, pero el paso de los partidos cambió la perspectiva. Veintitrés encuentros de Liga, todos como titular, y 2.039 minutos avalan a un jugador que vivió un arranque difícil con la camiseta céltica. Luis Enrique le confió desde el minuto uno la titularidad, pero en sus primeros compromisos no exhibió ni la contundencia ni la sobriedad que ha ido ganando con las jornadas. Su entrenador, fiel a sí mismo, mantuvo inmutable su confianza en el zaguero, y en la tercera jornada de Liga incluso le dio las riendas en el mediocentro en sustitución de Oubiña, una función que ha desempeñado en un buen puñado de partidos, y en la que llegó a servir de espejo al capitán en el arranque de la temporada, al tener interiorizados los movimientos que Luis Enrique reclamaba.
El catalán se ha convertido en el eje sobre el que pivota la solvencia defensiva del Celta, y su trabajo ha sido premiado con ese futuro en celeste. La continuidad que se le había negado en el Barça o en el Mallorca la ha encontrado en Vigo, y ha sacado a la superficie la mejor versión del zaguero, que ya sea de central o de mediocentro, siempre cumple con su cometido.