El campo resiste pese a los 323 litros de lluvia caídos en enero y no se encharcará en el partido con el Athletic
08 feb 2014 . Actualizado a las 13:19 h.El césped de Balaídos resiste. En Vigo han caído durante el mes de enero 323 litros de lluvia por metro cuadrado, pero el verde solo estará pesado para el partido del lunes con el Athletic. Cada día le cuesta más filtrar semejante cantidad de agua, pero no estará ni encharcado.
El campo estará blando, especialmente en la zona central y en la banda derecha, empapado de agua y se irá poniendo pesado a medida que vayan pasando los minutos, pero está descartado que vaya a encharcarse e incluso a levantarse pese a que se espera un nuevo frente de lluvias para hoy mismo, lo que pone en peligro la posibilidad de que el conjunto vigués pueda ejercitarse el domingo en el estadio. Todo indica que también tendrán que acometer en A Madroa la última sesión de la semana.
Y Balaídos resiste pese a que las inclemencias meteorológicas han impedido que un tractor entrase en el campo para esparcir arena o que la máquina de picar pudiese hacer su trabajo a lo largo y ancho del césped. Sí se ha picado, no obstante, la hierba de un modo manual.
Otro hándicap a la hora de tener al campo en plenas condiciones ha sido la pleamar, lo que provoca las crecidas del río y frena la fase de evacuación en los últimos días. Por contra, los tres minifosos que rodean al campo y todavía perduran en Balaídos han actuado como uno de los principales aliados para aliviar agua del césped.
Todo, en un mes de enero en donde la lluvia no ha dado tregua en Vigo, la ciudad de Galicia que más ha acusado el tren de ciclogénesis. En concreto ha llovido sobre Balaídos en los últimos 27 días de un modo consecutivo.
La previsión es que las lluvias persistan durante toda la jornada de hoy y que se prolonguen a lo largo de la mañana del domingo para remitir por la tarde y dar una tregua que se prolongaría hasta la hora del partido. De confirmarse estas predicción el viento sería un aliado para secar en lo posible el campo.
Se descarta que el césped pueda quedar dañado después del partido. Lo normal sería que tendiese a su recuperación a medida de que los temporales vayan remitiendo.
Atrás quedan los tiempos en donde el césped de Balaídos era pasto de las aguas cada vez que el temporada arreciaba en Vigo y el campo se ponía impracticable a las primeras de cambio. En esta ocasión ha resistido los segundos mayores registros de lluvia desde el año 1988.
La previsión es que esté blando y se ponga pesado con el paso de los minutos