El triunfo de la normalidad

Xosé Ramón Castro
X. R. Castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Ernesto Valverde ha provocado un cambio radical en el conjunto valencianista.
Ernesto Valverde ha provocado un cambio radical en el conjunto valencianista. MANUEL BRUQUE< / span> EFE< / span>

Valverde ha cambiado el equipo recuperando jugadores que parecían perdidos

08 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El Valencia era un polvorín. Un grande del fútbol español sin fútbol y casi sin resultados. Salvado por la clasificación para los octavos de Champions.

Cuando llegó Ernesto Valverde a Valencia se encontró un equipo fraccionado, con jugadores desaparecidos. Guardado, el primero. Pero también los Parejo, Cissokho.... Sin embargo, el equipo ché ha emergido con los mismos jugadores, sin ningún fichaje e incluso con una baja. Gago decidió borrarse y el Txingurri le abrió la puerta de salida.

Desde la normalidad ha ido recuperando las piezas. Con Guardado haciendo una especie de terapia en el lateral izquierdo. Un mes y medio ha sido tiempo suficiente para que el mexicano recuperase su fútbol y volviese al puesto de interior con el desborde que le había llevado desde A Coruña a Mestalla. Parejo, un jugador que había costado a Llorente 7 millones de euros, pasó de ser un objeto devaluado a un futbolista con futuro. Además, ha reconvertido a Víctor Ruiz en pivote y ha entregado la portería a Guaita.

La única tecla que no hizo sonar el nuevo técnico valencianista fue la de Gago. Confió en el argentino, pero cuando el exmadridista demostró su nulo compromiso, fue el primero en invitarle a marcharse.

Valverde arribó en Mestalla con la lección aprendida. Imbuido del egocentrismo que acompaña ahora a la mayoría de los jugadores de fútbol. Cambió el látigo por comprensión y a cambio se encontró con la mejor versión de jugadores como Banega, que lejos de ser apartado por su indisciplina, se convirtió en goleador frente al Barcelona. Sin dejar en ningún momento el dominio de un vestuario otrora en manos del clan argentino.

Al mismo tiempo acabó con las vacas sagradas. Más allá de la figura del capitán Soldado, el argelino Feghouli pasa por ser el futbolista más importante del Valencia, sin embargo prescindió de él para el partido del domingo pasado ante el Barcelona porque estaba recién llegado de la Copa África y no había entrenado en toda la semana. Tenía que ganarse el puesto durante esta semana para poder jugar mañana en Balaídos.

Dibujo definido

Más allá del tacto, en el cambio del Valencia aparece también la pizarra. Jamás había funcionado el 4-3-3 como sistema táctico. Unai Emery dejó a un equipo cosido al 4-2-3-1 con dos pivotes defensivos, pero también en este aspecto Valverde ha dado con la tecla. Copió el sistema del Barça pero con sello propio. Defensa adelantada, presión avanzada, tres mediocentros puros en el centro del campo y a partir de ahí dos jugadores de banda muy abiertos y Soldado como referencia absoluta en el ataque.

Como consecuencia, el Valencia ha iniciado la escalada hasta la posición que le corresponde en la Liga española, amparándose sobre todo en las actuaciones a domicilio, en donde el equipo valenciano ha sumando tres triunfos en otras tantas salidas: ante Osasuna, Granada y Deportivo. Ante los tres por la mínima. Tres rivales directos para la permanencia. Un aviso para el Celta. El Valencia de Valverde no será aquel al que los vigueses tuvieron contra las cuerdas en Mestalla.