Froilán se queda en Abu Dabi con su abuelo Juan Carlos

Joaquina Dueñas MADRID / COLPISA

GENTE

Froilán, en una imagen de archivo
Froilán, en una imagen de archivo Europa Press

El joven habría expresado recientemente en privado el hastío por la vida que lleva en el país árabe

15 dic 2025 . Actualizado a las 13:42 h.

Recientemente, Froilán hizo saltar todas las alarmas al trascender su opinión sobre la vida que lleva en Abu Dabi donde decía sentirse «sin escapatoria». Sus palabras hicieron que se desataran los rumores sobre su posible regreso a España, sin embargo, parece que el hijo de la infanta Elena no se está plateando volver, al menos, de momento. El joven de 27 años continúa trabajando en la Empresa Nacional de Petróleo de Abu Dabi y pasa sus días entre el trabajo y la práctica deportiva con habituales visitas a su abuelo, el rey Juan Carlos.

El hermano de Victoria Federica se ha convertido en un pilar en la vida del monarca emérito. En este sentido, aunque todavía no hay nada definitivo, los planes de Navidad pasan acompañar a su abuelo, al menos en su cumpleaños, el 5 de enero. Para esa fecha también se espera que los visiten las infantas Elena y Cristina junto a sus hijos, como han hecho en años anteriores.

El primogénito de Jaime de Marichalar se estableció en el país árabe en febrero del 2023 huyendo de su imagen de juerguista y pendenciero. El propio rey Juan Carlos le dedica unas palabras a este respecto en sus memorias, Reconciliación: «El divorcio de sus padres y cierta falta de autoridad parental lo llevaron a una vida desordenada». Así, tras varios escándalos, decidió seguir los pasos de su abuelo y marcharse en busca de algo de orden. Y vaya si lo ha conseguido, tanto que parece «harto de vivir en Abu Dabi» con un trabajo «muy aburrido y burocrático».

En todo caso, no hay plateada una alternativa y está aprovechando esta oportunidad para labrarse una carrera profesional en una empresa conocida por ser uno de los primeros productores de energía del mundo. Aunque echa de menos a sus amigos, sus salidas nocturnas y la comida, está muy feliz de poder acompañar a su abuelo que se deshace en halagos a su nieto: «No dudaba de su potencial ni de sus capacidades, pero no me imaginaba que pudiera transformarse en tan poco tiempo. Disfrutaba de su nueva vida, discreta y tranquila, lejos del foco mediático. Lo tomé bajo mi protección, le di un marco estable y la oportunidad de construir su propio destino».

Su trabajo en la Empresa Nacional de Petróleo de Abu Dabi le brindó la posibilidad de trabajar en el departamento de logística de la COP 28 donde, según relata su abuelo en sus memorias «se esforzaba mucho». «Era el primero en llegar y el último en salir de la oficina. Incluso trabajaba los fines de semana», añade. Una dedicación gracias a la que «ha levantado el vuelo y sigue su propio camino con total independencia».

«Es una de las cosas de las que estoy más orgulloso. Le he quitado una preocupación a Felipe, y a la Corona, y he ayudado a la familia. Nada podría darme más satisfacción personal que tener a mi nieto, ahora un joven equilibrado y alegre, a mi lado. Solo necesitaba una oportunidad. Me alegro de haber podido dársela», afirma el rey emérito.

Además del trabajo, Froilán juega al pádel con amigos y compañeros del trabajo y lleva una vida, ahora sí, «sana y regulada», con una dieta equilibrada y compartiendo con su abuelo charlas, almuerzos y bromas. Rutinas que piensa seguir manteniendo en el país árabe a pesar de que en su última visita a España confesara que está cansado de su vida allí en la que se parece sentirse en cierto modo encorsetado.