Francisco invoca un pacto al negar una estafa por la que le piden cárcel

Efe

GENTE

Morell

El caso está relacionado con la compra de un coche de lujo a cambio de 80.000 euros, que el artista no llegó a pagar

16 ene 2013 . Actualizado a las 18:31 h.

El cantante Francisco González Sarriá, popularmente conocido como Francisco, ha invocado un pacto «entre caballeros» para rechazar la estafa de 80.000 euros por la que ha sido juzgado hoy y por la que fiscal y la acusación particular le piden, respectivamente, tres años y medio y cinco de cárcel.

Celebrada en la sección tercera de la Audiencia de Alicante con gran expectación, la vista ha durado tres horas y media y ha quedado vista para sentencia después de que la defensa pidiera la absolución del artista y la fiscalía demandara tres años y medio de prisión, que la acusación particular elevó a cinco al entender que hubo agravante de abuso de confianza.

Los hechos se remontan a comienzos del 2004 cuando Francisco compró un coche deportivo Maseratti de 80.000 euros, de los que al cabo de nueve años no ha pagado cantidad alguna al querellante, el constructor Andrés Ballester. En el 2005, Francisco vendió el automóvil a un tercero para adquirir un coche aún más lujoso, un Bentley de 150.000 euros, pese a que no había saldado la deuda. En septiembre del 2006 firmó un nuevo contrato con Ballester por el que éste le daba un nuevo plazo de un año, con un interés adicional de 8.400 euros.

En su declaración, Francisco ha reconocido la deuda, pero ha aducido que en los dos contratos de compraventa se estipulaba que lo pagaría sólo a cuenta de las comisiones del 10% por su futura intermediación en la venta de viviendas del constructor en Altea, lo que no ocurrió por efecto de la crisis inmobiliaria. «Nervioso», como él mismo ha confesado al tribunal, ha sostenido que, además del coche, compró una casa a Ballester y que éste le descontó del precio del inmueble las comisiones que, en cambio, le debió aplicar al vehículo.

Según este relato, al comprobar que no podía intermediar para vender casas, se dirigió al constructor para que aceptara aplicar las comisiones que le habían bajado el precio de la casa al coche (con lo que saldaría la deuda del Maseratti) y para que también consintiera la devolución de la vivienda (para finalizar toda la deuda), aunque el promotor le contestó que «no aceptaba 'ladrillo' sino dinero». «Entre caballeros se había pactado de palabra que me quedaba ese vehículo con la condición de que se pagaría con las comisiones de las ventas de inmuebles», ha repetido Francisco.

«¿A quién no le gusta un deportivo?»

Francisco ha rechazado que hubiera querido engañar a Ballester y ha relatado que quiso el Maseratti no porque lo necesitara sino porque le gustan los automóviles de gran cilindrada. «No me hacía falta, pero me gustan los coches, como creo que le pasa a la mayoría de los hombres», según el cantante, quien se ha dirigido al tribunal con un «¿a quien no le gusta un deportivo?». «Para lo que interesa muy bien y entrevista para usar su nombre para vender, y cuando no interesa... que pague o a prisión», ha sostenido el abogado de Francisco, que ha asegurado que su defendido sufre los perjuicios del juicio al posponerse el lanzamiento de su último disco musical.

Por su parte, Ballester ha indicado que «por amistad» adelantó el Maseratti al confiar «completamente» en que cumpliría el plazo dado para pagar de 6 meses, y ha recordado que éste sólo intermedió en la venta de dos casas y que fue en 2002, por lo que cobró sus comisiones siempre antes del asunto del coche. El fiscal aprecia un negocio «jurídico-criminal» al entender que Francisco quiso engañar al jugar con el valor del coche para hacerse con otro aún más caro, que luego también vendió sin que en ningún momento saldara la deuda inicial, y esta versión coincide con la del abogado de Ballester, que aumenta la petición de pena hasta 5 años por agravamiento de abuso de confianza.