Dos son las cualidades que resaltan del presidente de Abanca quienes lo conocen
26 jul 2024 . Actualizado a las 12:54 h.Dos son las principales cualidades que resaltan de él quienes conocen bien a Juan Carlos Escotet (Madrid, 1959). Una es la tenacidad. Nunca se da por vencido. Si se fija un objetivo, dicen, no hay obstáculo que lo detenga. No ceja en el empeño hasta haber coronado esa cima. No importa lo empinado que se torne el camino.
La otra es la lealtad. Antes cortarse un brazo que dejar a alguno de los suyos en la estacada. No hay más que ver, recuerdan esas mismas fuentes cercanas, lo poco que tardó en subirse a un avión cuando, en mayo del 2018, el Gobierno de Maduro intervino Banesco y ordenó la detención de 11 de sus directivos. Apenas unas horas después de conocer la noticia, el presidente de Abanca y de la mayor entidad privada de Venezuela partía rumbo a Caracas sin garantía alguna de no acabar también detenido nada más pisar tierra. «Se trataba de su gente, y él tenía que estar allí».
Es esa tenacidad la que lo ha llevado hasta donde está. Paso a paso. Primero, trabajando durante el día como mensajero del Banco Unión, mientras dedicaba las noches a estudiar. Es economista, carrera que cursó en la Universidad Santa María de Venezuela, y tiene un máster en Ciencias Gerenciales, mención Magna Cum Laude, por la Universidad de Miami. Y más tarde, convirtiendo Banesco, el pequeño banco que había fundado en 1992 — invirtiendo el dinero que ganó con la venta de la correduría de bolsa que creó nada más terminar los estudios, en 1986— en la primera entidad financiera del país de capital privado. Lo hizo a pequeños sorbos. Buscando y comprando pequeñas —y no tan pequeñas— entidades aquí y allá.
Conquistada esa cumbre, puso rumbo a la tierra de sus padres. Asturiana, ella; leonés, él, y que, como muchas otras familias españolas de los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, decidieron en su día hacer las maletas para procurarse un futuro mejor en Latinoamérica.
Miró y miró en busca de una oportunidad y, a finales del 2012, apareció lo que quería: adquirió el Banco Etcheverría, con más de 300 años de historia. Doce meses más tarde, se alzaba como ganador en la pugna por Novagalicia. En el 2014 nacía Abanca. Diez años después, bajo la batuta de Escotet, la entidad ha duplicado su negocio y sumado ocho adquisiciones. Conociéndolo, seguro que ya piensa en la siguiente.