El conflicto de los bomberos comarcales se enquista tras casi dos meses de huelga

Sara Pérez Peral
Sara Pérez REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

El parque de bomberos de Vilagarcía, cerrado el 15 de julio.
El parque de bomberos de Vilagarcía, cerrado el 15 de julio. MONICA IRAGO

Xunta y diputaciones acuerdan seguir con las negociaciones, mientras que los sindicados denuncian «menosprecio»

03 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Cerca de quinientos bomberos comarcales secundan una huelga indefinida desde el 15 de junio que mantiene en vilo el funcionamiento de los parques en Galicia. Hace casi dos meses que estos profesionales se plantaron ante la Xunta y los consorcios provinciales y decidieron no hacer más horas extras, que era lo que hasta entonces permitía la actividad, y las partes no llegan a un acuerdo.

Ayer, Xunta y diputaciones firmaron un protocolo de colaboración para continuar las negociaciones con el personal del servicio contraincendios y salvamento, en una reunión en la que estuvieron presentes el vicepresidente primero, Diego Calvo, y los presidentes de las instituciones provinciales de Ourense y Pontevedra, Luis Menor y Luis Pérez, respectivamente, además de los diputados Pilar García Porto y José Ramón Rioboo, en representación de las diputaciones de Lugo y A Coruña. Quienes no se adhirieron al acuerdo fueron las fuerzas sindicales que representan a los trabajadores de los parques de bomberos comarcales, según explicaba la Administración, «pese a que este recolle as súas demandas, así como o compromiso das centrais a restablecer a normalidade no servizo». Según la otra parte, no los recibieron porque no estaban dispuestos a firmar un borrador que no asentaba un calendario de negociaciones de un nuevo convenio autonómico, con una fecha de inicio y otra de fin.

El portavoz de la mesa intersindical de bomberos de Galicia, Ángel Moldes, dice que, el martes, los convocaron para la reunión de ayer y, previamente, les enviaron un borrador de la propuesta, «en la que se fijaba la desconvocatoria de la huelga porque sí». Ellos contestaron con «una pequeña modificación», que no fue más que fijar plazos y reuniones para la negociación del convenio colectivo, que tendría que culminar a finales de este año. A lo que no recibieron respuesta.

En una nota de prensa, los bomberos comarcales de Galicia denuncian «menosprecio» de una versión de la Xunta que solo pretende «desacreditarnos ante a cidadanía». Y que este protocolo que ahora presentan en colaboración con los consorcios «non cambia en nada a situación dos parques nin dos bombeiros». «Teñen a intención de negociar e de darnos algo que xa é noso por lei, que non é outra que a condición de laboral fixo e as condicións que xa deberiamos ter dende hai uns anos atrás e que nos estiveron negando», agregan. La Administración se compromete a iniciar el próximo septiembre la negociación de un nuevo colectivo que homogeneice las condiciones laborales de los cuatro consorcios, «que entraría en vigor en outubro de 2024».

Mientras, el conflicto solo se extiende en el tiempo. «El día a día es complicado», afirma Moldes. En Pontevedra, una de las provincias más afectadas por la escasez de efectivos, el sábado llegaron a cerrar tres de los cuatro parques con los que cuenta. Y, el martes, O Salnés se quedó sin el servicio de los de Ribadumia y de Vilagarcía, a expensas de la actividad del de O Porriño.

Parques cerrados

Se necesitan tres personas para que un parque pueda prestar servicio en condiciones. En caso de no haberlas, o bien se cierra y los trabajadores son desplazados a otro centro del consorcio o bien alguien de fuera viene a completar la plantilla. El delegado del CSIF en el parque de Arteixo, Adrián Fernández, da cuenta de la situación de estrés, físico y mental, que los bomberos sufren «día sí y día también» con el desplazamiento entre parques. «Vas a un parque desconocido, con un material y unos vehículos desconocidos y en una zona de servicio desconocida», afirma. Hay que tener en cuenta, agrega, que su profesión es en la mayoría de los casos vocacional, y que para los bomberos el hecho de tener que dejar su zona sin servicio es un problema. Los deja intranquilos.

De los diez parques de A Coruña, los seis de Lugo y los cuatro de Ourense y de Pontevedra que están adscritos a los consorcios y se mantienen en huelga indefinida desde hace casi dos meses, los menos afectados son los de la provincia luguesa. Según explica Moldes, hay más personal por centro (20 efectivos, mientras en los otros la cifra cae en tres). En Ourense no hay desplazamiento entre parques: si no hay personal suficiente para prestar servicio se mantiene abierto el centro con un bombero o dos, sin poder atender cualquier incidencia hasta que se complete el cupo. Por ejemplo, el de O Carballiño estuvo cerrado ayer de nueve de la mañana a nueve de la noche. Precisamente, unas horas antes, a las seis y media de la mañana, los tres bomberos del centro se desplazaban a un incendio en las oficinas de una gestoría.

«Nos dejan como los malos. Nosotros queremos intentar arreglar las cosas», afirma Moldes. Siguen las negociaciones.